21 de octubre de 2014

Un español preso en la yihad

Un español preso en la yihad

Día 21/10/2014 - 11.51h

Abdeluahid Sadik, que viajó a Siria e Irak a hacer la «guerra santa», huyó de allí por no poder soportar tanto horror

Un español preso en la yihad
ABC
Abdeluahid Sadik Mohamed
Abdeluahid Sadik Mohamed, nacido en Ceuta en 1985, vivió allí su proceso de radicalización hasta las últimas consecuencias y en mayo de 2013 emprendió su viaje a la «guerra santa» acompañado por otros tres individuos. Participó en acciones brutales, presenció ataques suicidas y decidió huir de la zona de combate, donde las salvajes matanzas de suscolegas del Estado Islámico parece que le helaron la sangre. No lo consiguió a la primera al ser detectado por sus jefes, que como represalia le enviaron a aquellos lugares donde se libraban las batallas más duras... A la segunda pudo cruzar la frontera turca, donde fue detenido por la Policía, que lo envió de regreso a España. Desde junio de 2013 está en la prisión de Algeciras, por pertenencia a organización terrorista.
El primer retornado de las zonas de combate está casado con una mujer marroquí y no es el único de su familia que ha tenido problemas con la justicia. Sus tres hermanos, Mohamed Alí, Karim y Alberkader, han permanecido una temporada en prisión, aunque solo el primero sigue preso, en el centro penitenciario de Ceuta. El proceso de radicalización de Abdeluahid se desarrolló en la barriada del Príncipe de Ceuta, boca a boca, porque ni siquiera tenía ordenador o acceso a internet. Los que le conocen le describen como un tipo influenciable y con serias dificultades para comunicarse en castellano, por lo que su entorno social se circunscribía a ese barrio presidido por la marginalidad, el tráfico de drogas y en alguna medida el radicalismo ideológico... En definitiva, un caldo de cultivo perfecto para captar a jóvenes candidatos a la yihad que ven en la falaz épica de la «guerra santa» un futuro mejor.
El adoctrinamiento de Abdeluahid corrió a cargo de Karim Abdeselam Mohamed, alias «Markitos», vecino del Príncipe y que ya había sido detenido en diciembre de 2006 en la operación Duna. En aquella ocasión, 300 agentes de la Policía se desplegaron en la barriada para detener a once individuos. El grupo, según las investigaciones realizadas, estaba supuestamente relacionado con la organización Al Haraka Salafiya Yihadia, vinculada a Al Qaeda, algunos de cuyos miembros, aunque no los detenidos, estuvieron implicados en los atentados del 11-M y de Casablanca. Los arrestados estaban bajo la lupa de la Comisaría General de Información desde el año anterior, cuando se detectó que realizaban labores de proselitismo en la mezquita conocida como Darkawia. «Markitos» estuvo dos años y medio en prisión preventiva, aunque, como sus compañeros, fue posteriormente absuelto por la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. En una polémica sentencia, los magistrados afirmaban que «la acción terrorista es algo más que la expresión de ideas radicales, pues la libertad de expresión y difusión de ideas es una característica del sistema democrático que debe amparar incluso a quienes propugnan un cambio».
«Markitos» no perdió el tiempo y retomó sus actividades de captador, centrándose en varios individuos, entre ellos Abdeluahid. Poco a poco le fue convenciendo de que tenía que sumarse a la «guerra santa» en Siria, en las filas del Estado Islámico, decisión que éste tomó a principios de 2013. Comenzaba así a vivir una película de horror que jamás había imaginado.
En marzo de ese año ya no había marcha atrás. Se reunió con «Markitos» y éste le entregó en un sobre los 2.500 euros que necesitaba para pagar los gastos de su viaje a Siria, así como el número de teléfono del contacto al que debía dirigirse al llegar a Estambul. Le precisó, además, que viajaría desde el aeropuerto de Casablanca, simulando ser turista y junto a tres personas. Para pasar inadvertido se recortó su larga barba que le podía delatar como un seguidor radical del Islam.
Pocos días después, el 1 de abril, hay constancia de que Abdeluahid reservó su billete de avión a Estambul en una agencia de viajes de la citada ciudad marroquí. Desde allí partió días después en un avión de la compañía Air Arabia, junto con sus compañeros, con destino al aeropuerto Sabiha de Estambul.
Los cuatro reclutados permanecieron varios días en la ciudad, hasta que pudieron entrar en contacto con la persona que les debía llevar hasta la frontera con Siria. Así, en mayo se le detectó cruzando el paso fronterizo a bordo de un coche, con el que llegó a la localidad Siria de Atarib, donde se encontraba el campo de entrenamiento en el que debía adquirir la formación militar y física necesaria para entrar en combate. En ello estuvo ocupado 40 días.

Liberación de 1.400 presos

Cuando sus jefes consideraron que estaba preparado -en realidad la instrucción que recibió fue escasa y sus conocimientos militares pequeños- le encuadraron en la facción Nokhta Islam (Gota del Islam) dirigida por Abu Suleiman, perteneciente al Estado Islámico de Irak. Pronto entró en combate. Pero sin duda el momento culminante de su implicación en la yihad fue su participación en el ataque a la cárcel de Abu Ghraib ocurrido a la hora del rezo del 21 de julio del pasado año. Los terroristas lanzaron primero dos camiones con explosivos conducidos por suicidas para derribar los muros y después sesenta yihadistas que habían entrado desde Siria con Abdeluahid Sadikd se abrieron paso a sangre y fuego. Lograron liberar a 1.400 presos, unos ya condenados por delitos de terrorismo y otros que aún no habían sido juzgados. El ataque estuvo coordinado con otro a la prisión de Taji, también realizado con éxito. La acción fue una demostración de fuerza brutal del Estado Islámico.
Aquel escenario apocalíptico impactó en Abdeluahid y en cuanto pudo se puso en contacto telefónico con su familia para informarles de que se encontraba en Siria y quería regresar a Ceuta. A finales de 2013 sus allegados le enviaron dinero para que volviera a España. Sin embargo, el marroquí que hacía de correo lo delató ante sus superiores. Como represalia, lo enviaron a una de las zonas más peligrosas. Allí permaneció 48 días, hasta que pudo huir a Atarib. A principios de enero de este año pidió a un amigo que lo trasladara en coche a la frontera. Entró a pie en Turquía para hacer el vuelo Hatay-Estambul. Allí fue detenido cuando intentaba tomar otro avión con destino a Amsterdam. Deportado a España, la Policía lo arrestó el pasado 5 de enero en el aeropuerto de Málaga y ponía así fin al periplo de Abdeluahid por las redes de la yihad.

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