15 de abril de 2014

El 43% de madrileños cambia sus hábitos de compra tras la libertad de horarios

El 43% de madrileños cambia sus hábitos de compra tras la libertad de horarios

El Gobierno defiende el éxito económico de la medida, pero algunos expertos lo ponen en duda

Rebajas en un comercio de Madrid, en una imagen de 2009. / LUIS SEVILLANO
La liberalización total de horarios comerciales ha causado una gran polémica en los últimos años y distintas estadísticas ofrecen respuestas muy diferentes sobre su impacto económico. En ese contexto, el Gobierno de la Comunidad ha presentado un estudio en el que comienza la defensa de esa política por la vía del consumidor, es decir, con una encuesta que dice que el 43,5% de los madrileños ha cambiado sus hábitos de compra desde julio de 2012, fecha a partir de la cual se permitió abrir todos los domingos y festivos que cada empresario decida; otro 41,3% asegura haberse beneficiado directamente de la liberalización. Más de la mitad, sin embargo, el 55,7%, "no se ha visto afectado o ya venía aprovechando la posibilidad de apertura en domingos y festivos previa a la liberalización”, dice literalmente una de las respuestas de esta encuesta telefónica, a 1.094 personas, hecha el pasado febrero.
La misma también señala que el 68% cree que el cambio es una mejora para los consumidores y un 42% que es una oportunidad para los comerciantes. Asimismo, el 56% dijo haber comprado en domingos y festivos el último año, aunque al ser primera encuesta y estar hecha solo para Madrid, no se sabe si eso es más o menos que antes o si es más o menos que en otras autonomías.

Comprar en festivo

El cambio. El 43,5% de los madrileños dice haber cambiado sus hábitos de compra tras la liberalización total de horarios; un 41,3%, que se ha beneficiado directamente de la medida.
La compra. El 56,2% ha hecho compras habituales (comida, por ejemplo) en domingo o festivo en el último año; el 55,9%, no habituales (como ropa). Un 17% lo hizo más de 10 veces.
Las preferencias. Un 89% prefiere las grandes medianas y grandes superficies en sus compras en festivos; a un 44% les gusta también el pequeño comercio.
Los beneficios. El 68% cree que la liberalización es una mejora para los consumidores; un 42% lo ve como una oportunidad para los comerciantes; un 36% que permite conciliar y un 17% que no afecta especialmente.
El perfil. Compran en festivo el 60,9% de solteros, el 61,9% de casados; el 60,2% de separados y el 40,9% de viudos. Además, lo hacen el 72,3% de los titulados universitarios y el 33,9% de las personas con estudios primarios. También se ofrecen cifras de ocupados (67%), desempleados (66,5%), jubilados (38,7%), amas de casa (44,5%), estudiantes (78,7%) e inactivos (21,7%).
Pero, más allá de la percepción y el perfil de los usuarios —compran en festivo más hombres que mujeres y siete de cada 10 titulados universitarios—, la Comunidad también ha querido ofrecer la imagen del impacto económico de la medida, aunque esta depende mucho de la estadística que se elija para ello. En este caso –en el estudio que acompaña a la encuesta recién presentada—, la Consejería de Economía y Hacienda ofreció los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que dice que entre el segundo trimestre de 2012 y el último de 2013 el comercio minorista de la Madrid aumentó el número de empleos en 12.967 (un 5,2%), mientras que en toda España se perdieron 12.012 (-0,7%). Ángel Luis Martín, director general de Comercio de la Comunidad, vincula esa mejora a la medida liberalizadora, pues esos datos muestran una aceleración en la creación de empleo en el sector a partir de 2012. “Entendemos que la liberalización de horarios ha conseguido el objetivo de creación de empleo”, asegura.
Sin embargo, si se toma otra encuesta, también del Instituto Nacional de Estadística (INE), la imagen es la contraria: no solo no se ha creado empleo, sino que se ha destruido por encima de la media española. El Índice de Comercio Minorista (encuesta específica para el sector) señala que Madrid fue la sexta autonomía con mayor bajada de empleo interanual en diciembre de 2012 (-2,8); la tercera en diciembre de 2013 (-2,5) y la segunda, según el último dato publicado, de febrero de 2014 (-2,2). Mientras, las cifras fueron mejores en autonomías más restrictivas con los horarios, como Cataluña y Navarra.
¿Cuál es la estadística buena? Según la Comunidad, la EPA, porque “la muestra es más fiable y es la que se utiliza para las comparaciones internacionales de Eurostat [la oficina estadística de la UE]”, asegura Martín. “Es justo al contrario”, defiende, sin embargo, el catedrático de Comercialización en la Universidad Autónoma de Madrid Ignacio Cruz Roche. Si en la EPA se toman todos los sectores de actividad de todas las comunidades, al final la muestra de comercio minorista para Madrid (y para todas las autonomías) es muy pequeña, con lo que el margen de error es muy grande. “La prueba es que el nivel de ocupación del Índice de Comercio Minorista del INE se publica y se ofrece a todo el mundo, mientras que los datos de ocupados por especialización de la EPA por comunidades, no”; hay que pedírselos específicamente al INE para que los prepare, explica el profesor de la Autónoma y ex director general de Política Comercial con los Gobiernos socialistas.
Ese índice también dice que la venta al por menor cayó en Madrid en febrero de 2014, comparado con un año antes, 2,9 puntos, muy por encima de la media (-0,3%) y la segunda cifra mayor de caída solo por detrás de Aragón (-5). En este caso, Martín acepta este índice como principal referencia, pero lo desvincula de la medida liberalizadora y lo achaca a una contracción general del consumo en un contexto de crisis prolongada. “Habrá que esperar a que se estabilice el consumo y haya una serie más larga”, asegura.

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