22 de septiembre de 2018

NACHO ALDAY - COREA

jueves, 20 de septiembre de 2018


NACHO ALDAY - COREA – 21/09/2018

La llegada de 500 yemeníes ha provocado una ola de protestas en Corea del Sur, en lo que ya se ha denominado el primer movimiento antiinmigración del país. Los participantes en una manifestación pidieron al presidente Moon Jae-in que deje de acoger a los solicitantes de asilo. La petición ha recogido más de 714.000 firmas. Los refugiados, todos hombres musulmanes, han sido asignados a zonas rurales donde las mujeres trabajan solas en el campo y el miedo se ha apoderado de esas comarcas. Las protestas se están extendiendo por todo el país y la acogida de falsos refugiados se ve como el inicio de una invasión. También advierten de que los musulmanes son polígamos y que si se reagrupan con sus familias se multiplicarán rápidamente.

Por otra parte, en Alemania el nuevo libro del autor Thilo Sarrazin es uno de los más vendidos. Trata sobre cómo el islam está tomando el control de Alemania, ralentiza el progreso y amenaza a la sociedad. El Corán está lleno de intolerancia, opresión a las mujeres y odio hacia los no musulmanes. Es partidario de prohibir completamente la inmigración islámica. De lo contrario se convertirán en mayoría dentro de pocas generaciones, islamizarán las instituciones seculares y la ley alemana. La integración requiere esfuerzo de aquellos que deben integrarse. No mostrará respeto por nadie que no esté haciendo ese esfuerzo. No tiene que reconocer a nadie que viva de la asistencia social y niegue la legitimidad del mismo Estado que le proporciona ese bienestar.

Y un político en Frankfurt comentaba recientemente que la guerra está llegando a Europa, cosa que muchos reconocen en privado. Su argumentación se basa en la oposición de la opinión pública a la invasión islámica que se puede ver reflejada en los Gobiernos de Hungría, Polonia, Austria, Italia, etc. y el empeño de la élite globalista, es decir de las Fuerzas Secretas, de imponer el nuevo orden mundial con una nueva Europa multicultural. Lo que probablemente imaginamos erróneamente es que el establishment político estaría de nuestro lado en tal conflicto. Pero basta con mirar la actual posición cómplice de tantos políticos, de tantos medios de comunicación, incluso de la propia policía ocultando los crímenes islamistas, para comprender que eso no sería así. Cuando la brecha entre unos y otros es tan grande, ¿cómo puede acabar bien?

Fuentes: Somatemps, Voice of Europe y Breitbart.  

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