18 de septiembre de 2018

NACHO ALDAY - CHINA

domingo, 16 de septiembre de 2018


NACHO ALDAY - CHINA – 17/09/2018

El concepto de Gran Hermano nace en la novela 1984 de Orwell, que presentaba un futuro en el que los ciudadanos eran monitoreados de manera continuada, siendo vigilados y controlados de tal forma que todo lo que hacen y dicen sea observado y valorado. Esta idea se ha expandido entre el público hasta llegar a utilizarse para situaciones en que se da un control y manipulación extrema del comportamiento de la población. Esto es algo que podría ocurrir en China al implantarse un sistema, desde hace varios años, de una extensa red de cámaras por todo el país para analizar la actuación de los ciudadanos en función de criterios y algoritmos por el momento secretos. El Gobierno ha dado permiso a ocho compañías privadas para crear una base de datos dedicada al control y puntuación de las acciones de la gente.

Otro hecho en esta dirección es el intento de controlar más de cerca las prácticas religiosas de sus conciudadanos. El auge de las plataformas de venta en Internet, la falta de regulación inicial y una mayor permisividad oficial propiciaron que la adquisición de la Biblia fuese algo sencillo durante los últimos años, posibilidad que parece haber llegado su fin dado que las autoridades han ordenado la retirada del libro sagrado de las estanterías virtuales de las tiendas de venta por internet en donde cualquier búsqueda de dicho libro arroja un "sin resultado". De las religiones mayoritarias, el cristianismo es la única cuyo libro santo no puede ser adquirido por los canales comerciales habituales, ya que se considera un texto "para distribución interna". Por eso, pese a que son impresas allí, tan solo las iglesias controladas por el Estado tienen la potestad de distribuirlas y venderlas en sus locales.

En la presentación de un informe sobre libertad religiosa aseguraron que el gigante asiático está viviendo un despertar espiritual. Ante esta situación, el "Libro blanco sobre las religiones" insta a todas ellas a adaptarse a la sociedad socialista. Bajo el mando del actual presidente, Xi Jinping, las autoridades han reforzado su control y vigilancia sobre el cristianismo, que ha vivido en los últimos años a una campaña de derribo de cruces, cierre de iglesias y detención de sus líderes. William Nee, de Amnistía Internacional, apuntó a la CNN lo absurdo de un Gobierno que afirma promover la libertad religiosa mientras prohíbe la venta de la Biblia.

Fuentes: religionlavozlibre.blogspot.com y elmundo.es

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