El semanario londinense «The Economist» asesta hoy un nuevo testarazo al jefe de la oposición en España, con una de esas frases lapidarias con las que atrae la atención del lector. Tampoco se deja en el tintero la estopa contra uno de sus «filones»,
José Luis Rodríguez Zapatero. A
Mariano Rajoy ya le dedicó un artículo el pasado mes de abril, que tituló como
«Not so popular» («No tan popular»), en el que remarcó la baja popularidad que casos como el «Gürtel» proporcionaban al líder del PP entre la ciudadanía española. Esta crítica a su imagen originó un nuevo artículo el pasado junio. Entonces, la revista definió al gallego como un registrador de la propiedad «provincial» (o «provinciano», según se entienda) y
«una pesadilla para los asesores de imagen». Hoy, el semanario británico se ha levantado con un titular incendiario -«¿Alguien quiere gobernar este país?»-, ilustrado con una foto del dirigente popular a cuyo pie escribe:
«Rajoy, el hombre que no tiene nada que decir». Cabe recordar que este tipo de referencias son las que no hace demasiado provocaron que la mismísima ministra de Economía,
Elena Salgado, viajase al Reino Unido para tratar de restañar los incendiarios artículos con los que la publicación
«estaba menoscabando la imagen exterior del Gobierno de Zapatero». Y es que el semanario acostumbra a repartir estopa a un lado y a otro. Hoy da la voz de alarma sobre la situación que atraviesa España, con un Gobierno incapaz de mejorar los datos económicos y un líder de la oposición al que dibujan como algo anodino. En la noticia,
dice adiós al «impopular» presidente Zapatero, a quien
reprochan una vez másque haya «respondido tardíamente» a la dificilísima situación económica que atraviesa el país.
«El juego ha terminado», llama la atención el artículo desde su inicio. El semanario
da por perdida la batalla electoral en campo del PSOE, aunque tenga otra primera figura, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien «se encuentra prácticamente sin ninguna posibilidad de ganar el voto». Y, a pesar de esa victoria de
Mariano Rajoy pulsada por los estudios de opinión, según «The Economist», España necesitará de una reforma casi milagrosa dado el desgaste sufrido en los indicadores económicos.
«Las señales no son alentadoras»
El periódico recoge las últimas informaciones sobre
la cancelación de las vacaciones por parte de Zapatero debido a la elevada prima de riesgo y otros datos nefastos. Rajoy pide el voto y ofrece un plan de «austeridad sin dolor» porque prescribe que no tiene intención de «hacer recortes sociales». No obstante, al entender del semanario, el aplastante triunfo del PP el pasado 22 de mayo, que ha teñido de azul prácticamente todo el paisaje español, sirve como «piedra de toque» para que
los ciudadanos tengan una visión previa de lo que será el partido en la mayor esfera de poder estatal.
Y «
las señales no son alentadoras», añade, debido al déficit presupuestario que acumulan las regiones, de las que ahora el PP gobierna 11 de las 17. El conflicto derivado con el Gobierno por este motivo y la reciente negociación, con el límite impuesto por
Elena Salgado para que los gobiernos regionales bajen su déficit al 1,3% del PIB del año, es plasmado ante los lectores británicos con una frase muy ilustrativa: «El Gobierno nos asfixia», pronunciada por el consejero económico
Salvador Marín, de Murcia.
Alaba la eficiencia del Gobierno de Madrid
El diario económico aprovecha para cargar contra el sistema español, donde «las administraciones regionales representaron casi un tercio del déficit del presupuesto general del año pasado». Abunda en los problemas de solvencia económica que regentan territorios como Cataluña, con «una economía tan grande como Portugal», y Murcia, donde «los problemas van en aumento» porque no logran atajar el déficit. Halaga al Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, al contrario, al que calibra comoejemplo de «eficiencia» e incluso señala que goza de «más austeridad que el Gobierno central».
El futuro inmediato: tras el 20-N
Por último, «The Economist»
deja en la mesa de Rajoy el verdadero «dilema» que se le presenta para los primeros meses de su supuesto mandato. «
Para ganar votos debe parecer moderado, pero para ganarse el respeto de los mercados y Bruselas debe resultar muy severo.Por el momento, los votos son lo que cuenta», escribe.
Una encuesta reciente (
el semanario alude al CIS) redujo la ventaja del PP respecto a los socialistas de Rubalcabas a siete puntos porcentuales, lo que podría derivar en un escenario inédito en la democracia española:
«Rajoy se encontraría a la cabeza de un gobierno en minoría, con menos influencia sobre la economía», diagnostica «The Economist». Y completa: «La reducción del déficit será una de sus tareas más difíciles».
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