El Papa ha pedido "radicalidad" cristiana frente a lo que considera un "eclipse de Dios, una cierta amnesia y un verdadero rechazo del cristianismo" en la sociedad actual. Ha sido el punto central de su discurso en El Escorial, donde se ha reunido con más de 1.600 jóvenes religiosas y aproximadamente un millar de profesores universitarios durante su segundo día de visita a España en el marco de la
Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Se constata una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo
"Frente al relativismo y a la mediocridad", Benedicto XVI ha propuesto "radicalidad evangélica" a los asistentes, entre los que se encontraban 400 monjas de clausura. El cardenal Antonio María Rouco Varela ha agradecido, por su parte, la "espléndida generosidad" de las religiosas allí convocadas: "Son lo mejor de la juventud de la Iglesia, de la sociedad y, por su puesto, de España", ha asegurado. También ha tenido palabras para aquellos jóvenes cuyas "expectativas" profesionales y vitales resultan "no siempre satisfechas y, no pocas veces, fallidas".
Ratzinger también ha abordado el tema de la educación, recordando que ejerció como docente en la Universidad alemana de Bonn. "Cuando todavía se apreciaban las heridas de la guerra [...] todo lo suplía la ilusión por una actividad apasionante", ha reflexionado.
Para el pontífice, si la educación se rige por el "pragmatismo inmediato, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político". Por ello ha criticado que a veces se piense que la misión de un profesor es exclusivamente la de formar profesionales que satisfagan la demanda laboral del momento. "Cunde en la actualidad esa visión utilitarista de la educación", ha dicho. Ante esta tendencia, ha reivindicado la universidad "genuina" y ha pedido a los docentes que muestren a los jóvenes el camino hacia la verdad, que es el camino de la "inteligencia, del amor, de la razón y de la fe". "Arraigados en Él, seréis buenos guías de nuestros jóvenes", ha añadido.
El Papa alerta de los "abusos" que puede provocar la ciencia "sin límites"
La llegada del Papa al Escorial ha estado rodeada de expectación. Desde primera hora de la mañana, centenares de personas han esperado la llegada del séquito en el pueblo y han aclamado el paso del coche, primero, y del papamóvil, después, al grito de
"Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí".
Benedicto XVI ha empezado su
segunda jornada de visita a España a las 09.37, cuando ha abandonado la Nunciatura, en la que reside estos días, tras oficiar una misa privada. A continuación ha realizado una visita de cortesía a la familia real en el Palacio de la Zarzuela y ha mantenido un encuentro con el rey Juan Carlos.
Al evento del Escorial le seguirá el almuerzo con una docena jóvenes en la Nunciatura. A la comida están invitados un chico y una chica de cada continente, además de dos representantes de España, el país anfitrión de la JMJ. En el caso de España, los elegidos han sido Gonzalo Cánovas del Castillo, un abogado madrileño de 28 años, y la murciana Aurora María Almagro, voluntaria de la JMJ de 20 años.
A las 17.30, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero,
acudirá a la Nunciatura. La jornada del Papa concluirá con un
vía crucis de la JMJ que empezará en la céntrica plaza de Colón y terminará en la cercana plaza de Cibeles.
En el marco de las reuniones oficiales del Papa y su séquito, el Gobierno va a pedir colaboración a la Iglesia para convertir el Valle de los Caídos en un
lugar de reconciliación. Se lo transmitirá el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, durante el almuerzo de hoy con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone.
Jáuregui no va a cuestionar el uso del monumento como basílica ni la presencia de los benedictinos en el lugar. Pero sí va a destacar su interés en que el Valle de los Caídos deje de ser "un espacio de lo que fue el viejo nacional-catolicismo franquista".
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