8 de agosto de 2011
Rafael Spottorno se convierte en el nuevo jefe de la Casa del Rey
EL PAIS - MANUEL ALTOZANO Madrid 7 AGO 2011 - 21:31 CET
El diplomático Rafael Spottorno Díaz-Caro (Madrid, 66 años) será, a partir del 30 de septiembre, el nuevo jefe de la Casa Real, en sustitución de Alberto Aza, que deja el cargo a sus 75 años y tras más de nueve al frente de la institución. Fuentes de Casa Real califican el nombramiento de “continuista”. Aunque no forma parte del equipo saliente, Spottorno fue elnúmero dos del antecesor de Aza en la casa, Fernando Almansa, entre 1993 y 2002, lo que ha sido decisivo en su elección.
La sustitución, según fuentes de la institución, se tomó hace solo unos días, cuando el Rey recibió en el palacio de Marivent, su residencia de verano en Palma, a Spottorno para comunicarle su decisión. Tras sus casi 10 años de secretario general durante el período en que Almansa estuvo al frente, el diplomático conoce a la perfección al actual equipo del Rey. Todos los directores de la Casa Real —salvo el de Comunicación, Ramón Iribarren, designado en diciembre de 2009— fueron elegidos mientras él estuvo en la casa, según esas mismas fuentes.
Por su conocimiento de la Corona, el nuevo jefe, que tiene rango de ministro, no tendrá que pasar por un período de “rodaje” antes de incorporarse plenamente al cargo, lo que sí tuvo que hacer su antecesor. Aza se incorporó como secretario general a las órdenes de Almansa en septiembre de 2002 —sustituyendo precisamente a Spottorno—, cuatro meses antes de acceder a la jefatura, en enero de 2003. El objetivo de ese acceso gradual al cargo era “garantizar una transición ordenada”.
No tendrá que pasar por un período de "rodaje" antes de incorporarse plenamente al cargo
Antes de su paso por la Casa Real, Spottorno fue jefe de gabinete de los ministros de Exteriores Francisco Fernández Ordóñez y Javier Solana, ambos del PSOE. Desde allí mantuvo estrechas relaciones con la institución, al tener que organizar mano a mano con ella la actividad internacional de don Juan Carlos, que coordina el Ministerio.
El jefe saliente, Alberto Aza, también diplomático de carrera, ha asistido a algunos de los acontecimientos más trascendentes para la Corona desde su restauración, como la boda del Príncipe con Letizia Ortiz y los nacimientos de las infantas Leonor y Sofía, que aseguran la línea sucesoria. Pero también ha gestionado algunos momentos complicados, como el incidente entre el Rey y el presidente venezolano, Hugo Chávez, durante la cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile en noviembre de 2007. “¿Por qué no te callas?”, le lanzó el monarca al mandatario latinoamericano.
La proyección de don Felipe ha sido, precisamente, uno de sus mayores logros. “Con Aza, el Príncipe se ha dotado de agenda propia. Sus apariciones se han multiplicado y se ha agrandado su presencia institucional”, señalan desde la Casa Real.
Spottorno tendrá que hacer frente en los próximos meses a las especulaciones sobre el estado de salud del Rey que se han hecho en la prensa del corazón a raíz de las dos operaciones que ha sufrido en los últimos meses.
En mayo de 2010 le fue extirpado un tumor benigno en un pulmón y el pasado 4 de junio se le implantó una prótesis de rodilla. Días antes de su último paso por el quirófano, el monarca cargó contra la prensa y expresó su malestar por esas informaciones. “Están empeñados en meterme en una caja”, dijo a los corresponsales de la Casa Real. “Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa”, añadió.
Nicolás Cotoner y Cotoner fue el primer jefe de la Casa del Rey. Su relación con el monarca arrancó en 1955, cuando le preparó para su ingreso en la Academia Militar. El Rey lo consideraba su “padre adoptivo” y Suárez destacó su contribución a la “consolidación de la monarquía”. Le compró trajes al Rey cuando andaba mal de dinero y fue quien entregó la carta de don Juan Carlos a su padre cuando Franco lo designó sucesor.
Desde su nombramiento como secretario general de la Casa del Rey en 1977, se convirtió en una pieza clave de la monarquía. Decisiva fue su intervención la noche del golpe de Estado del 23-F, al impedir la entrada del general Armada en La Zarzuela. Se encargó de salvaguardar la independencia de la Casa Real frente a intereses políticos y empresariales y de blindarla frente a la curiosidad de la prensa.
El primer civil al cargo de la Casa del Rey (los anteriores fueron militares) ingresó en la diplomacia en 1974. Durante su mandato tuvo que lidiar con las presuntas amenazas del exfinanciero Javier de la Rosa a Don Juan Carlos. Caracterizado por su discreción, su marcha coincidió con la ruptura del Príncipe con la noruega Eva Sannum, aunque él siempre afirmó que su deseo era retomar su carrera diplomática.
Diplomático de carrera, durante su mandato al frente de la Casa del Rey le tocó abordar la explosión mediática de las bodas reales de las infantas y del príncipe Felipe, los nacimientos de los nietos del Rey, la separación de los duques de Lugo y la extirpación de un tumor en un pulmón a Don Juan Carlos. En el ámbito político, tuvo que lidiar con la quema de las fotografías de los reyes en Cataluña en 2007.
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