"No va a haber una convocatoria oficial de manifestación pero vamos a seguir aquí", ha informado a este periódico a las cinco y media de la tarde una portavoz a los acampados en la Puerta del Sol de Madrid, decisión que ha ratificado media hora después la asamblea. "Quienes vengan a partir de las ocho, lo harán como ciudadanos libres", advirtió esta miembro de la comisión de comunicación 17 horas después de que la
Junta Electoral Central prohibiera las acampadas que, con epicentro en Madrid, se están produciendo
en mas de 60 ciudades españolas y que se han extendido
a otros países de Europa. Los manifestantes confiaban en que no hubiera desalojo,
como sugirió esta mañana Rubalcaba y finalmente ocurrió. "Para resolver un problema, la policía no va a crear otro", señaló el ministro de Interior.
Aunque en un principio los planes de los congregados eran
celebrar una manifestación el sábado, día de reflexión, el veto de la Junta les ha hecho cambiar de idea. Como se intuía desde la mañana del viernes, finalmente el Movimiento 15-M ha descartado llevar a cabo una marcha con recorrido por el centro de la capital porque quieren respetar la decisión del organismo electoral. Son conscientes de que una marcha sería interpretada como una grave provocación que, además, nadie les iba a permitir. Pero tampoco piensan levantar el campamento. La misma portavoz ha invitado, que no convocado, a los ciudadanos a sumarse a ellos para "celebrar" juntos y dialogando la jornada de reflexión en Sol. Los organizadores tratan de proteger a toda costa el campamento de posibles intentos de desalojo.
Una primera asamblea sin consenso
"Mañana seguiremos trabajando en Sol en la reflexión colectiva
al margen de los partidos""
La decisión no fue fácil. La primera asamblea, que arrancó a la una de la tarde, terminó a las cuatro sin que los acampados fueran capaces de llegar a un acuerdo sobre el camino que debía tomar la protesta. Ante la falta de consenso, los organizadores convocaron una nueva asamblea para las seis de la tarde, que ha sido la más corta en los cinco días de vida del movimiento.
Por unanimidad y votando con la mano alzada, varios cientos de personas ratificaron celebrar la concentración de hoy a las ocho de la tarde "como otra forma de seguir trabajando en la reflexión colectiva al margen de los partidos". Como ya adelantaba la portavoz, no habrá una manifestación con un recorrido concreto. Antes de votar este punto, tomó la palabra representantes de la comisión de legal, quienes han recomendado no pedir permiso esta vez a las instituciones. A su juicio, no hay motivos para que la Junta Electoral rechace estas actividades, dado que no piden el voto por ningún partido, que es lo que se prohíbe expresamente durante una jornada de reflexión.
Desde primera hora, parecía claro que el movimiento descartaba convocar oficialmente una manifestación, pero sus portavoces advertían de que "es probable que continúe el ejercicio de reflexión colectiva, tal y como ha venido sucediendo los últimos días en reuniones espontáneas". "Si la gente quiere, vendrá", sostenían. Y fueron, hasta rebosar la Puerta del Sol y aledaños. Aunque por el campamento llegó a circular por la mañana la posibilidad de abandonar Sol y regresar el lunes -la prohibición afecta al sábado y al domingo, día de las elecciones-, informa
F. J. Barroso, en la zona nada hacía prever que los acampados estuvieran pensando en moverse. Muestra de ello fue que la comisión de infraestructuras pidió a primera hora
"más madera" para ampliar el campamento. Preguntado al respecto, un portavoz comentó que, al contrario, lo que está encima de la mesa es seguir en Sol "más allá del lunes".
Pase lo que pase hoy, la concentración del viernes tarde-noche también era ilegal. La Junta Electoral Provincial de Madrid ha prohibido este acto, para el que el Movimiento 15-M había pedido permiso, y se remite al acuerdo tomado ayer por el organismo central para justificar su decisión. La jornada de reflexión comenzó en la sede del Movimiento 15-M con un gesto simbólico, un "grito mudo", que tuvo lugar cinco minutos después de la medianoche y fue seguido por un eufórico aplauso colectivo. La cita comenzó cinco minutos después de la medianoche en los alrededores de la escultura del Oso y el Madroño. El Movimiento 15-M pidió desde su web a los asistentes que llevasen un trozo de cinta pegada a la boca. Con la señal del megáfono todo el mundo se la quitó y dio un "grito mudo al cielo".
La prohibición ha tenido un efecto llamada. Centenares de personas se han sumando a la protesta, muchos de ellos llegados de otras ciudades de la Comunidad de Madrid y de otras regiones, aprovechando el fin de semana. Diego Salgueiro, estudiante de segundo de carrera, ha venido desde Vigo. Raúl Alonso, parado de 29 años, lo ha hecho desde de San Sebastián de Los Reyes. Así hasta centenares de personas.
Al margen de lo más acuciante, que era la respuesta a la prohibición, el Movimiento continúa con su
proceso interno de diálogo para determinar sus demandas. En la calle Arenal, la comisión de comunicación trabajó durante toda la noche del jueves para preparar las propuestas, que debían concretarse en la segunda asamblea del viernes. Por encima de todo abogan por que las listas electorales sean abiertas, y quieren que se fije una hoja de ruta a dos velocidades. Una con los planes a corto plazo -de cara al domingo- y otra, con lo que quieren conseguir a largo plazo.
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