31 de marzo de 2011

EL PAIS - 300311

PALABRAS DE SU ALTEZ REAL EL PRÍNCIPE DE ASTURIAS EN LA CENA EN HONOR DE
SUS ALTEZAS REALES EL PRÍNCIPE DE GALES Y LA DUQUESA DE CORNUALLES
Madrid, 30 de marzo de 2011


Altezas Reales,
Autoridades, distinguidos invitados,

Para la Princesa y para mí es un verdadero honor y un placer ofreceros esta cena con motivo de Vuestra Visita Oficial a España. ¡Os damos la bienvenida más afectuosa y os deseamos de corazón una muy feliz y fructífera estancia!

Estamos encantados de teneros de nuevo entre nosotros pues no es la primera vez que venís a nuestra tierra, cuya cultura, naturaleza y patrimonio artístico conocéis bien y me consta que apreciáis.

Esta Visita nos permite celebrar no sólo el gran avance de las relaciones entre el Reino Unido y España en los últimos decenios, sino también la fuerza de los lazos históricos que ligan a nuestros países y familias.

¡Nada que temer! No me voy a extender sobre la presencia de otros Príncipes de Gales en nuestras tierras, desde la de Eduardo de Woodstock, el llamado “Príncipe Negro” en apoyo de Pedro I de Castilla; hasta la visita que realizó en 1876 -en el reinado de Alfonso XII- quien sería más tarde Eduardo VII y de la que quedaron simpáticas anécdotas –parece que el “cocido madrileño” fue el único plato de nuestra cocina que le gustó. Tampoco me detendré en el hecho de que, siendo aún Príncipe de Asturias, Felipe II se convirtiera por matrimonio en Rey de Inglaterra, como bien recuerda la iconografía de la Cámara de los Lores.

Déjenme, eso sí, que esta noche rememore con particular cariño a dos personas de mi familia especialmente ligadas al Reino Unido y muy próximas a mi corazón. Me refiero, por un lado, a mi bisabuela y madrina, la Reina María Victoria Eugenia -la Princesa Ena- tan cercana a la Reina Victoria, tatarabuela común de nuestros respectivos padres; y, por otro lado, a mi querido abuelo Don Juan, el Conde de Barcelona, quien en tiempos bien difíciles disfrutó de la hospitalidad británica durante sus estudios en la Escuela Naval de Dartmouth, entablando más tarde una estrecha amistad con Vuestro tío abuelo, Lord Mountbatten, a quien tanto apreciabais.    

Señor, Señora, hoy habéis iniciado un programa de actividades que reflejan la actual vitalidad de nuestras relaciones y su potencial de futuro. Parten de un sólido y antiguo sustrato, como lo prueba el hecho de que España fuera en 1485 el primer país –o reino- del mundo en abrir una Embajada permanente en Londres.

Son muchos los capítulos de nuestro pasado, también de nuestras letras o de nuestra producción artística, que explican la inmensa aportación de nuestras dos Naciones a la identidad y proyección europea en el mundo. Además de contribuir a articular grandes familias de países ligados por la Historia, somos cuna de dos de las principales lenguas de comunicación internacional, lo que no deja de tener enorme relevancia en un mundo cada vez más globalizado e interdependiente. 













Este conjunto tan extraordinario de vínculos ha adquirido una dimensión nueva y pujante desde que hace varias décadas nos convertimos en socios y aliados, favoreciendo así el entendimiento, los contactos y la colaboración en todos los sectores. No me refiero solo a la concertación en el plano político o multilateral, incluida la participación conjunta de nuestras Fuerzas Armadas en operaciones de la OTAN y de NNUU, sino también al intenso avance de nuestras relaciones empresariales, educativas, científicas o culturales; como ejemplifican muchos de los presentes esta noche.

También nos conocemos más fruto del enorme intercambio de visitantes, profesionales, estudiantes y turistas -14 millones de británicos vienen cada año a España y son muchos los compatriotas suyos que residen en nuestro país. Y por qué no hablar del deporte -sobre todo a un año de los JJ.OO de Londres 2012- y en particular del fútbol, inventado en Vuestra tierra y del que hemos dado alguna muestra reciente de liderazgo internacional, aunque no sea esta cena el mejor marco para suscitar ciertas pasiones...

En lo económico y comercial, si la presencia británica en España es sin duda de las más antiguas e importantes, desde hace décadas se han ido forjando entre nuestros países un gran número de alianzas empresariales. Hoy el Reino Unido es el primer destino de la inversión española en el mundo -igualando a la que tenemos en Iberoamérica. Al mismo tiempo grandes empresas españolas de banca, telecomunicaciones, infraestructuras o transportes operan con éxito en el Reino Unido; y cientos de profesionales españoles trabajan en la “City”, en Universidades o centros de I+D de Vuestro país.   

Animados por esta transformación Vuestra Visita Oficial nos alienta a explorar  nuevos ámbitos de colaboración en estos tiempos de crisis y desafíos, pero también de oportunidades. Entre ellos, la lucha contra el cambio climático, el desarrollo sostenible y la protección del medio rural y marino, la promoción de la formación y de oportunidades para nuestros jóvenes… que son algunas de las áreas que impulsáis a través del conjunto fundacional “Prince´s Charities”, con una dedicación y esfuerzo que merecen todo nuestro reconocimiento. 

Altezas, Vuestra presencia en España nos anima a ahondar en nuestra común voluntad de contribuir a que el Reino Unido y el Reino de España -nuestras instituciones, universidades, empresas, artistas y ciudadanos-, amplíen día a día su entendimiento y colaboración. En ese horizonte hago asimismo votos para que nuestras autoridades avancen en la solución del contencioso histórico bilateral que aún sigue pendiente.

Y termino mis palabras, reiterando nuestro sentimiento más profundo de amistad y rogando a todos nos unamos en levantar nuestras copas por la Ventura personal de S.M. la Reina Isabel II, por la felicidad de Sus Altezas Reales el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles junto a toda la Familia Real británica, así como por el progreso y bienestar del pueblo británico y por la amistad entre el Reino Unido y España.

Muchas gracias.

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