11 de marzo de 2014
Israel priva de representación parlamentaria a formaciones árabes
EL PAIS - DAVID ALANDETE Jerusalén 11 MAR 2014 - 12:47 CET
En una medida que eliminaría actualmente del parlamento a tres partidos, dos de ellos árabes, los legisladores israelíes han aprobado, por una mayoría del 55%, el aumento del umbral electoral, del 2% actual al 3,25%. Esta es una reforma de tres que la coalición de gobierno ha pactado votar esta semana en bloque, para evitar defecciones internas. La oposición, una amalgama de partidos árabes, de centro e izquierda y ultrarreligiosos, ha decidido boicotear en bloque esas votaciones, en protesta contra lo que su líder, el laborista Isaac Herzog, ha calificado de “medidas de odio y exclusión para tratar de marginar a ciertos partidos”.
El aumento del umbral electoral, que obligará a los partidos árabes a unificarse si quieren mantener sus 11 legisladores en la Knesset (parlamento), es una propuesta de Israel Beitenu (Israel Nuestra Casa), coaligado en las elecciones con el Likud del primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Otro partido de gobierno, Habait Hayehudi (Casa Judía) ha presentado una ley, que se votará el miércoles, que obligará a someter a referéndum cualquier concesión territorial en un acuerdo de paz con los palestinos, lo que hará todavía más difícil la labor de negociación Netanyahu, que en este momento participa en una ronda de diálogo bajo los auspicios de Estados Unidos.
La propuesta, de Casa Judía, partido ultra que defiende los intereses de los 500.000 colonos judíos que residen en Jerusalén este y Cisjordania, no se aplica únicamente al territorio que no se considera ocupado en Israel, sino también a los barrios orientales de la capital y los Altos del Golán.
Una ley que se votará el miércoles someterá a referendo las concesiones territoriales a los palestinos
Ejecutivos pasados, como el centrista de Ehud Olmert, ya le ofrecieron a la Autoridad Palestina un intercambio de terrenos: que Israel se quede los grandes bloques de asentamientos ilegítimos a cambio de otras zonas similares de similar proporción dentro de sus fronteras. Si Netanyahu no puede ofrecer esos intercambios, su capacidad de maniobra frente a Mahmud Abbas queda notablemente mermada.
La última ley, que se votará el jueves, es en realidad un proyecto de la formación centrista Hay Futuro (Yesh Atid), que desde que lograra el segundo puesto en las elecciones de 2013 ha buscado modos de integrar a los judíos ultraortodoxos en el servicio militar obligatorio. Acaba así con unas prebendas que han existido en el Estado de Israel desde su fundación hace 65 años: solo unos pocos, los más brillantes en el estudio de las leyes judías, quedarán exentos de incorporarse a filas cada año.
Esta ley, que contempla cargos criminales para quienes evadan sus responsabilidades militares, ha sido ya recibida con grandes protestas de ultraortodoxos en las calles israelíes, que han prometido un boicot al Estado a escala nacional si no se aceptan más exenciones.
Las tres leyes obedecen a promesas electorales de facciones diferentes en el Gobierno. El aceptar votarlas todas en bloque evita a los ministros la afrenta de que otros grupos en la coalición voten solo a sus propios proyectos.
Según el actual umbral electoral, la Knesset pasaría de tener 12 partidos a nueve. Solo permanecería en el hemiciclo un partido árabe, que en sí mismo es ya una coalición de dos formaciones: Lista Árabe Unida y Taal. Obtuvo un 3,65% de votos en 2013. En 2006 logró apenas un 3,02%.
Según dijo en una protesta previa a la votación el legislador Hanna Swaid, de otro partido árabe, Hadash, que perdería sus cuatro escaños, “la coalición está empleando instrumentos democráticos para privar de derechos, algo que es cínico e indecente, y que demuestra que la gloriosa democracia de Israel está en realidad vacía de contenido alguno”.
En la Knesset este martes ha representado al Gobierno el ministro de Exteriores, Avigdor Liberman, que lidera Israel Nuestra Casa. Ha acusado a la oposición de comportamiento “hipócrita y llorica”. “Aún después de la votación”, añadió, “seguimos teniendo uno de los umbrales de representación parlamentaria más bajos del mundo ilustrado”.
El propio Netanyahu, que tuvo grandes problemas para formar coalición tras las últimas elecciones, dijo que la medida de reducir la representación parlamentaria es necesaria, pues “el pueblo de Israel necesita un Gobierno fuerte y estable, y menos fragmentación”.
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