10 de marzo de 2014
Garzón: “La instrucción de La Moncloa era decir que había sido ETA”
el pais - NATALIA JUNQUERA Madrid 10 MAR 2014 - 00:06 CET280
Baltasar Garzón se dirigía al gimnasio, en el vehículo oficial, cuando por la emisora de la policía escuchó la noticia: "Posible atentado en Atocha". “Llamé a Pedro Díaz-Pintado, subdirector general operativo de la policía, y me dijo que aún no sabían cuántas víctimas podía haber. Llamé aJuan del Olmo, que estaba de guardia. El aún no había salido de casa, vivía cerca de la calle Téllez...”. Garzón, como todos los españoles, recuerda con precisión dónde estaba y qué hacía aquella mañana de marzo en la que se produjo la mayor matanza terrorista de la historia de España. Visitó todos los escenarios de la masacre: Atocha, Téllez, Santa Eugenia yEl Pozo y confiesa que pese a estar acostumbrado, como juez de la Audiencia Nacional, a la barbarie terrorista, no pudo contener las lágrimas. “Este desastre era impresionante, dantesco. Ver cómo estaban los cuerpos, cómo habían quedado los vagones... las lágrimas afloraban. Estábamos impactados”.
“Desde primer momento tuve la sensación, casi la convicción de que no era ETA. Sobre todo después de hablar con un funcionario de policía en la misma estación de Atocha que me dijo: ‘Esto no es ETA porque el explosivo no es el que usan’. Eso fue sobre las 11 de la mañana del día 11. Tampoco era el modus operandi de la banda. No tenía sentido y así se fue comprobando. Desde el primer momento consideré que era yihadismo,Al Qaeda”, asegura.
La información que le llegaba de la policía, relata, era absolutamente contradictoria con la que estaba dando el Gobierno. “La hipótesis oficial, de ETA, no era la que manejaba la propia policía. Tuve la ocasión de comentarlo con [Agustín, entonces director general de la policía] Díaz de Mera y con el propio ministro del Interior, Ángel Acebes. Y recuerdo que Díaz de Mera me contestó: “Las instrucciones de Moncloa es que ha sido ETA. Eso es lo que se dice”.
La confusión sobre la autoría duró, según Garzón, "hasta media tarde, no más". No era ETA la responsable. ¿Por qué entonces el Gobierno insistía en decir que esa era la hipótesis principal? “Quizá se vio una utilización política positiva. El atentado era tres días antes de unas eleccionesy pudo pensarse que eso podía tener una rentabilidad: si no era ETA podían cambiar las cosas. En cualquier caso, si por la policía hubiese sido, incluso varias horas después [del atentado] habrían dicho que [los responsables] eran yihadistas, no ETA”.
Sin embargo, la teoría de la conspiración se prolongó varios años más y una parte, la del ácido bórico (un remedio contra el olor de pies) que supuestamente vinculaba a la banda con la matanza llegó en 2006 a su juzgado de la Audiencia Nacional. Garzón imputó a los tres peritos que admitieron haber falseado el informe que ligaba a ETA con el 11-M. “Hoy todavía hay quien sigue creyendo en la conspiración, incluso después de la inmolación de Leganés, que viví en directo por casualidad. Yo estaba de vacaciones aquel día y coincidió que llamé a Pedro Díaz-Pintado y Jesús de la Morena [máximos responsables policiales entonces] y viví en directo la explosión a miles de kilómetros. Estaban haciendo el operativo en el piso donde estaban los terroristas. Me dijo: 'Vamos a entrar ahora' y en ese momento los terroristas se inmolaron yfalleció el policía [Francisco Javier Torronteras, miembro del Grupo Especial de Operaciones].
No se atreve a decir si el 11-M pudo haberse evitado. “Es verdad que de una u otra forma casi todos [los terroristas] habían sido investigados". Algunos incluso habían llegado a tener el teléfono pinchado y la policía había dado de baja las escuchas. "Pero alguno se había marchado al extranjero, y tras pasar la información a Francia e Italia... en algún momento se le perdió el rastro. Otros estaban siendo investigados en España por delincuencia ordinaria, o tráfico de drogas... Pero ni siquiera haciendo un análisis a posteriori aparecía ni un solo dato que pudiera llevarnos a que estaban preparando el atentado. Se produjo, como ocurrió también en EEUU, con el 11-S, una descoordinación de las distintas áreas de investigación, pero con eso no quiero decir que si todo hubiera funcionado se podría haber evitado el atentado. Quizás sí y quizás no".
Garzón cree que pese a todo, "la policía hizo un gran trabajo". También los jueces, que "en tiempo récord, dando ejemplo de justicia ágil y rápida, dictaron sentencia". Otra cosa son los políticos. "La utilización política de los atentados se convirtió en una escena permanente de acoso y discusión barriobajera. Se prescindió de las víctimas y peor: se estableció por primera vez dos categorías de víctimas en España: las de ETA y las del 11-M. Fue muy penoso y muy triste ver la persecución que se le hizo, por ejemplo, a Pilar Manjón, simplemente por discrepar de la oficialidad". Destaca, no obstante, un aspecto positivo: "La reacción de las víctimas y la del Estado, que no cayó en la tentación, como EEUU después del 11-S, de hacer una legislación exorbitante".
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