6 de diciembre de 2010
ANA CARBAJOSA - Jerusalén - 06/12/2010
"El Katrina de Netanyahu". Así se refería la prensa israelí al incendio más mortífero de la historia del país, que comenzó ayer a estar bajo control tras cuatro días de intenso combate contra el fuego, según los bomberos. Al tiempo que las llamas remitían, la tormenta política se avivó en un país con un potente arsenal militar y que, sin embargo, se ha declarado incapaz de hacer frente por sí mismo al incendio que el jueves se desató en el norte, y que se ha cobrado 41 víctimas mortales y ha abrasado 5.000 hectáreas del monte Carmelo. Un total de 24 aviones de más de 12 países, incluida la Autoridad Palestina, participan en la extinción del incendio. "Debemos hacer inventario de lo sucedido y ver cómo un país tan avanzado y sofisticado puede cosechar un fracaso tan sonado", declaró el ministro de Bienestar, Isaac Herzog.
Numerosos analistas piden la dimisión del ministro de Interior
La prensa amaneció ayer plagada de críticas al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, al que culpan de no estar preparado para afrontar catástrofes como la del monte Carmelo y de haber ignorado las quejas por falta de recursos de los bomberos y del controlador del Estado en el pasado. Numerosos columnistas pidieron la dimisión de los responsables gubernamentales, y en especial de Eli Yishai, ministro de Interior, del partido ultrarreligioso Shas. Yishai, quien no escatima esfuerzos para conseguir recursos públicos para los estudiantes religiosos y otros miembros de su comunidad, ha explicado que sus peticiones financieras para el cuerpo de bomberos no fueron escuchadas.
Netanyahu ha recorrido una y otra vez la zona afectada y se ha dejado filmar y fotografiar subido al helicóptero, en el centro de operaciones, y en las poblaciones afectadas. Un despliegue retransmitido en directo por la televisión y la oficina de prensa gubernamental, que ha inundado durante tres días los correos electrónicos con el seguimiento al detalle de los movimientos de Netanyahu.
"Sus esfuerzos por mostrar liderazgo y por hacer ver que controlaba la situación han sido ridículos", comentó Ben Caspit, influyente columnista del diario Maariv. "La gente que le conoce ha identificado su pánico. Sabe que va a haber una comisión de investigación", añadió.
Otros personajes de la vida política y religiosa culparon de la catástrofe a la intervención divina. Ismail Haniya, líder de Hamás en Gaza, consideró el fuego "un castigo de Dios" contra los israelíes, mientras el líder espiritual de los judíos ultraortodoxos sefardíes, Ovadía Yosef, habló de castigo divino destinado a los que no cumplen con los preceptos bíblicos.