11 de septiembre de 2009
Uriarte pide el diálogo y no «la simple aplicación de la Ley» a los terroristas
Uriarte presidió la misa solemne en la basílica de Aránzazu con motivo de la festividad de la patrona de Guipúzcoa |
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Viernes, 11 de Septiembre de 2009
Madrid
España
Terrorismo
Uriarte pide el diálogo y no «la simple aplicación de la Ley» a los terroristas
TELEPRESS
Francia entrega al asesino de López de Lacalle y de dos guardias civiles
Francia entregó ayer a España al etarra Aitor Aguirrebarrena Beldarrain, reclamado por la Audiencia Nacional para el cumplimiento de una pena de 23 años de cárcel por delitos de terrorismo. Aguirrebarrena formó parte del «comando Ttotto», que asesinó al periodista y miembro del Foro de Ermua, José Luis López de la Calle. También se le atribuye el atentado con coche bomba contra e cuartel de Agreda (Soria) y el asesinato de los guardias civiles José Angel de Jesús Encinas e Irene Fernández Pereda en el municipio de Sallent de Gállego (Huesca).
J. A. | SAN SEBASTIÁN
El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, mediador poco neutro de las conversaciones entre el Ejecutivo de Aznar y ETA, abogó ayer por el diálogo con la banda «como camino ineludible hacia la paz», frente a la «tentación» de «solventar las sensibles diferencias políticas» mediante «la simple aplicación de la ley».
Uriarte hizo este alarde de desprecio al Estado de Derecho, no en la sede del PNV de San Sebastián, ni en la «herriko taberna» de Beasain, sino en el santuario de Aránzazu, en Oñate, con motivo de la festividad de la patrona de Guipúzcoa. A la llegada al recinto de las autoridades -entre las que se encontraban la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia; la presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero, y el diputado general, Markel Olano- una treintena de personas profirieron gritos en favor del traslado de los presos de ETA al País Vasco.
En su homilía, el obispo Uriarte, fiel al legado de su antecesor, Monseñor Setién, defendió que a los etarras se les puede convencer simplemente con buenas palabras para que dejen de poner bombas o de disparar en la nuca. «En una coyuntura en la que se percibe la tentación de solventar las sensibles diferencias políticas existentes entre nosotros mediante la simple aplicación de la ley vigente», dijo, él personalmente apuesta por resolver los conflictos «mediante la palabra», por lo que «practicará y reclamará el diálogo como camino ineludible hacia la paz».
Eso sí, aclaró que para la moral cristiana «el crimen más grave consiste en matar». De esta forma, según se desprende de las palabras del prelado nacionalista, es más grave matar ciudadanos que hacer cumplir la ley. Hecha esta aclaración, el mediador parcial en las conversaciones entre el Gobierno de Aznar y ETA condenó el método de la «tortura». «Según el compendio de la doctrina social de la Iglesia», dijo, ni siquiera para atajar «el mal abominable del terrorismo» se puede «permitir la aplicación de la tortura». Según la doctrina de la Iglesia, y -lo que ignora Uriarte- también según el Estado de Derecho que es España.