14 de septiembre de 2009

La relación con España divide a Portugal

ELPAIS

Campaña en Portugal

La relación con España divide a Portugal

Los conservadores rechazan la conexión del AVE que defienden los socialistas - La candidata de la oposición acusa a Madrid de intromisión en la política lusa

FRANCESC RELEA - Lisboa - 14/09/2009

Los viejos demonios de la relación entre España y Portugal irrumpieron el sábado por la noche en el debate más esperado de la precampaña electoral lusa, entre el primer ministro y candidato socialista, José Sócrates, 52 años, y la principal candidata conservadora, Manuela Ferreira Leite, 68 años.

Los viejos demonios de la relación entre España y Portugal irrumpieron el sábado por la noche en el debate más esperado de la precampaña electoral lusa, entre el primer ministro y candidato socialista, José Sócrates, 52 años, y la principal candidata conservadora, Manuela Ferreira Leite, 68 años. La dirigente opositora acusó de intromisión al país vecino -"No me gustan los españoles metidos en la política portuguesa", "Portugal no es una provincia española"- cuando salió a discusión la proyectada red ferroviaria de alta velocidad entre los dos países ibéricos, que Ferreira Leite ha convertido en su caballo de batalla para criticar al Gobierno.

Fue el último de los 10 debates televisados que han enfrentado en los últimos días a los cinco candidatos principales. Arranca ahora la campaña oficial para las elecciones legislativas del 27 de septiembre, y España aparece de nuevo como arma arrojadiza de algunos candidatos con claros fines propagandísticos. Todo a punto, pues, para 15 días de críticas, ataques y descalificaciones, para conquistar voto a voto al 19% de indecisos. Los primeros sondeos daban a Sócrates como ganador del debate, pese a que algunas opiniones le acusaban de arrogante.

Ferreira Leite, candidata del conservador Partido Social Demócrata (PSD), desenfundó primero al afirmar que España es el mayor interesado en el AVE entre ambos países para captar más fondos comunitarios, y denunció supuestas presiones del Partido Socialista portugués y de alcaldes españoles en el asunto del tren de alta velocidad. "No me gusta, sabe. No me gustan los españoles mezclados con los portugueses", afirmó.

Visiblemente irritada, la principal adversaria de Sócrates insistió: "No estoy aquí para defender los intereses españoles". Ferreira Leite reclamó al primer ministro portugués: "Pida a sus camaradas de frontera que dejen de hacer manifestaciones, peticiones y presiones sobre mí, conjuntamente con los españoles, a causa del AVE". Ferreira Leite aseguró que si gana las elecciones, dará marcha atrás a los acuerdos entre Portugal y España que contemplan las líneas de alta velocidad Lisboa-Madrid y Oporto-Vigo para 2013. Al término del debate, la candidata conservadora reiteró que si las urnas le daban la victoria no adoptaría ninguna medida que ayudara "a los españoles".

El ministro de Fomento español, José Blanco, manifestó ayer su preocupación ante la hipótesis de una paralización del proyecto, informa Efe. "Sería un contrapié que, de producirse, deberíamos tratar de superar", dijo Blanco.

No cabe duda de que en campaña electoral los discursos cambian. Sócrates recordó a Ferreira Leite que en 2003, cuando ella estaba en el Gobierno portugués, participó en una cumbre bilateral con España en la que se acordaron cuatro líneas de alta velocidad entre los dos países, y que estuvo en un Consejo de Ministros que aprobó una recomendación en este sentido. Después de salir del Gobierno, Ferreira Leite ocupó en el año 2006 el cargo de vocal, no ejecutiva, en el consejo de administración de Banco Santander Totta, de capital español.

El último debate televisado puso de relieve la distancia que separa al primer ministro y a la principal candidata de la oposición, y la poca química que hay entre ambos. Ferreira Leite rechazó toda posibilidad de un acuerdo poselectoral con Sócrates, pese a que las encuestas pronostican un resultado muy ajustado. Tres sondeos difundidos en vísperas del inicio de campaña dan una ventaja entre uno y tres puntos al candidato del PS por delante de su rival del PSD, es decir, empate técnico.

"No hay la más mínima hipótesis de que pueda entenderme en términos políticos con el ingeniero Sócrates", aseveró Ferreira Leite, "porque vemos la política, entendemos los procesos y encaramos las cuestiones básicas para el crecimiento del país de manera totalmente divergente". Mientras, el primer ministro evadió una respuesta concreta sobre eventuales pactos poselectorales.

Todo el mundo admite, empezando por los dos favoritos, que el ganador de las elecciones no tendrá mayoría absoluta en el Parlamento, lo que abre múltiples interrogantes sobre la gobernabilidad y la duración de la próxima legislatura. No es momento de enseñar las cartas, pero en privado los equipos de los candidatos reconocen que si no es posible un pacto de legislatura, habrá que buscar acuerdos concretos con otros partidos para aprobar los presupuestos y otras leyes. Hasta ahora, los únicos que han dejado abierta la puerta de un Gobierno de coalición han sido los dos candidatos conservadores, Ferreira Leite (PSD) y Paulo Portas, del Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP).

La izquierda parlamentaria, que incluye a los socialdemócratas del PS y a los más radicales del Bloco de Esquerda y del Partido Comunista, tiene más del 50% de los votos, pero los tres candidatos han rechazado cualquier posibilidad de una alianza gubernamental.
9.000 millones de euros de inversión

El enfrentamiento protagonizado por los dos principales candidatos a presidir el Gobierno de Portugal sobre los proyectos para conectar con AVE el país luso y España refleja distancias insalvables de visión estratégica y de política económica entre conservadores y socialistas.

En tiempos de crisis, dificultades presupuestarias y temor de crecimiento de la tasa de paro, los socialistas conciben las grandes inversiones necesarias para conectar Lisboa con Madrid y con Vigo como una manera de sostener la economía y crear empleo. El gasto calculado para completar la parte portuguesa de las obras rondaría los 9.000 millones de euros: unos 3.500 para los 200 kilómetros del tramo Lisboa-Extremadura y el resto para los algo más de 400 que separan la capital de Galicia.

Los socialistas calculan que el coste neto para el Estado representaría un tercio del total, ya que un 19% resultaría cubierto por fondos comunitarios y la parte restante por el flujo de caja generado por la explotación de las redes.

Los conservadores plantean la paralización de los proyectos poniendo en cambio el acento en la cuestión del equilibrio presupuestario y en evitar la tara que el endeudamiento supone. Las proyecciones indican que Portugal terminará 2009 con un déficit del 6% del PIB, lo que elevará este año la deuda pública al 74,6% del PIB, frente al 66,4% de 2008. Las proyecciones prevén una contracción de la economía del 3,4% para este año.
Las diferencias

Socialistas (PS)

- Inversión pública. Más allá de la polémica acerca del AVE, los socialistas apuestan por fuertes inversiones en infraestructuras. El partido de Sócrates promete un nuevo aeropuerto y un tercer puente para Lisboa y la modernización de los inmuebles destinados a Sanidad y Educación.

- Energía. Los socialistas se comprometen a doblar la capacidad de producción de energía eléctrica y eliminar la dependencia del exterior (20% del consumo).

- Derechos. El PS promete "eliminar los obstáculos legales al matrimonio civil entre personas del mismo sexo".

Conservadores (PSD)

- Política económica. El Partido Social Demócrata apuesta por un reequilibrio de las cuentas públicas y un reajuste de la balanza comercial. Por ello, promete paralizar obras proyectadas por los socialistas y respaldo a empresas y exportaciones.

- Seguridad. Los conservadores ponen la lucha al crimen al centro del programa y proponen crear una nueva política de seguridad basada en el desarrollo de la policía de proximidad y la revisión del régimen de penas y medidas de seguridad establecido para los criminales peligrosos.