viernes, 10 de abril de 2020
SEPULCRO – 11/04/2020
TRANS. IGNACIO BARANDIARAN

Podamos nosotros también, Señor, en las grandes desolaciones de la Iglesia, ser siempre fieles, estar presentes en las horas más tristes, conservando inquebrantable la certeza de que vuestra Esposa triunfará por la fidelidad de los buenos, puesto que la asiste vuestra protección.
Jesús es colocado en el sepulcro. Se corrió la piedra. Parece todo acabado, es el momento en que todo comienza. Es el reagrupamiento de los Apóstoles. Es el renacer de las dedicaciones, de las esperanzas. La Pascua se aproxima.
Y al mismo tiempo, el odio de los enemigos ronda cerca del Sepulcro, de María Santísima y de los Apóstoles.
Pero ellos no temen. Y dentro de poco tiempo rayará la mañana de la Resurrección. Podamos nosotros también, Señor Jesús, no temer. No temer cuando todo parezca irremediablemente perdido. No temer cuando todas las fuerzas de la tierra parezcan puestas en manos de vuestros enemigos. No temer, porque estamos a los pies de la Señora de todos los Pueblos, junto a la cual se reagruparán siempre, para nuevas victorias, los verdaderos seguidores de vuestra Iglesia.
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