domingo, 19 de abril de 2020
SECUESTRADA – 20/04/2020
Tras meses de silencio, la princesa Basmah Saud, de 56 años, ha vuelto a dar señales de vida. La hija pequeña del fallecido rey Saud, que durante años abogobó por los derechos de las súbditas saudíes, ha roto el silencio de 9 meses que había sepultado su presencia en internet para suplicar a su tío, el actual monarca Salman, el fin de su cautiverio.
Actualmente se halla recluida en una cárcel de máxima seguridad, ubicada a unos 40 kilómetros al sur de Riad, sin cargo penal conocido contra su persona. En las mismas dependencias se halla desde hace dos años la joven activista Loujain Hathloul, arrestada por su defensa de los derechos de la mujer.
Basmah asegura en el comunicado que su salud se está deteriorando rápidamente hasta el punto de que podría fallecer. No ha recibido atención médica, ni siquiera una respuesta a las cartas enviadas desde la cárcel a la corte real. Fue secuestrada sin explicación alguna junto a una de sus hijas y le enviaron a prisión.
En las últimas líneas, la princesa suplica al rey y a su hijo, el líder de facto del país, que revisen su caso y ordenen su puesta en libertad."No he hecho nada malo. Mi estado de salud es muy crítico", advierte la representante de la vasta familia real saudí que durante años habló en nombre de la monarquía en televisiones y foros occidentales.
Su abogado, Leonard Bennett, explicó el año pasado que perdió el contacto con ella después de que Riad le denegara la solicitud de viajar a Suiza para recibir allí asistencia médica urgente.
Los primeros indicios apuntaban a que se hallaba bajo arresto domiciliario pero la información difundida confirma un escenario aún peor. Su nombre se suma a la lista cada vez más amplia de miembros de la realeza saudí que han sido arrestados desde la irrupción en escena del príncipe heredero, que ha ido neutralizando a todo aquel que pudiera obstaculizar su estudiado y aún no ejecutado ascenso al trono. Hace un mes las autoridades detuvieron a una veintena de príncipes, acusados de traición.
Estudió Medicina, Psicología y Literatura Inglesa en la Universidad Árabe de Beirut, se mostró contraria a la segregación de género en el espacio público, defendió la libertad de no usar el velo y la túnica que las saudíes se colocan encima de su ropa habitual, anticipándose a las reformas que se han ido implementando en los últimos años. También censuró la figura del tutor varón que sigue controlando los movimientos de las mujeres y la toma de decisiones como estudiar, acceder a la asistencia sanitaria o casarse. Reclamó cambios constitucionales.
"Nunca permaneceré callada ante lo que está sucediendo", escribió en un artículo publicado hace ocho años en el rotativo británico The Independent, hoy precisamente propiedad de una empresa saudí. En enero de 2018, en su última entrevista, pidió el fin de la guerra en Yemen.
https://www.elmundo.es/loc/celebrities/2020/04/17/5e98b38bfdddffc58e8b45d8.html
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