martes, 7 de abril de 2020
IGNACIO BARANDIARAN
Solo dos hoteles en el mundo lucen en la entrada el distintivo de proveedor de la familia real británica. Ambos están en Londres. Ambos son magníficos. Son The Goring y The Ritz. Los dos están cerrados por la emergencia sanitaria y uno de ellos ha cambiado de manos. El mítico The Ritz, ha confirmado en plena epidemia su adquisición por parte de un fondo catarí justo el mismo día que cerró sus puertas. En el escueto comunicado afirma que, durante este periodo de cierre, el primero en sus 113 años de historia, se mantendrán todos los puestos de trabajo, los salarios de su plantilla y volverá a abrir sus puertas en cuento pase la crisis y lo permitan las autoridades.
Fue el propio hotelero suizo César Ritz quien abrió el hotel en 1906, el primero de sus hoteles tras el mítico de París en llevar su nombre. De hecho, los parecidos entre ambos establecimientos son notables, pues Ritz encomendó la construcción del edificio al arquitecto Mewes, que había hecho unos años antes el hotel de la Place Vendome. Sus características arcadas recuerdan a la rue de Rivoli, y le confieren un curioso aire parisino. Ritz colaboró en el hotel con el célebre cocinero Escoffier, con el que ya había trabajado también en el Savoy londinese.
En su siglo largo de vida, este hotel cinco estrellas junto a Piccadilly ha pasado por distintas manos. Durante largo tiempo fue propiedad de la familia Bracewell, que tenía participación en otros hoteles de lujo de la ciudad, como el cercano Hotel Park Lane. La familia todavía sigue involucrada en otras instituciones emblemáticas de Londres. Tras la crisis del petróleo de los 70, vendieron la propiedad a Trafalgar House por 75 millones de libras.
En 1995 fue adquirido por 80 millones de libras por los hermanos gemelos Barclay, actuales propietarios del grupo periodístico The Telegraph. En este tiempo han invertido más de 50 millones de euros en renovaciones del legendario hotel.
The Ritz tiene fama de ser el mejor lugar para disfrutar de la famosa tradición del té inglés. Sin duda un buen trofeo deseado por los grandes del sector. Es una de las direcciones de lujo clásico por excelencia en Europa. Lujo con una curiosa mezcla de lo mejor de Francia y de Gran Bretaña. Algo así como si juntáramos Dowtown Abbey y Versalles en el centro de Londres. Se puede cenar espléndidamente, su chef, John Williams, es el preferido del Príncipe de Gales, observar su plantilla de la vieja escuela y, naturalmente, alojarse. En este último capítulo, destaca la fabulosa Royal Suite, situada en la que fuera residencia privada del primer ministro británico Lord Pelham. En el hotel se alojó en sus últimos años de vida Margaret Thatcher.
Curiosamente el Hotel Ritz de Madrid acaba de ser transformado en Ritz Mandarín Oriental. Ya se puede uno imaginar quien está detrás de la nueva marca.
https://www.expansion.com/fueradeserie/arquitectura/2020/04/03/5e86d0ace5fdeaaf608b45c1.html
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