lunes, 27 de agosto de 2018
NACHO ALDAY - VIGANÒ – 28/08/2018
La corrupción de la anti-iglesia es tal que a un gerifalte de ella como Viganò le ha hecho vomitar gravísimas acusaciones contra su cúpula.
De esas acusaciones se sacan inequívocamente tres conclusiones:
1 – Que el líder actual de la secta, Bergoglio alias “Francisco”, es un farsante pues es el primer encubridor y promotor de la corrupción.
2 – Que sus predecesores, Ratzinger alias “Benedicto” y Wojtyla alias “Juanpablo” fueron igualmente farsantes que ampararon y promovieron la corrupción.
3 – Que la anti-iglesia surgida en 1958 con el golpe de Estado en el Vaticano derrocando al recién elegido Papa Gregorio XVII nada tiene que ver con la Santa Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo y por tanto confirma una vez más la situación de Sede Vacante en que se encuentra desde entonces.
En cuanto al objetivo de esta denuncia sorpresa tiene pinta de formar parte de una maniobra de “Perestroika” para que la anti-iglesia pueda seguir aparentando ser la Santa Iglesia y así continuar siendo un instrumento eficaz de la Revolución al igual que la “Reestructuración” de Gorbachov fue una metamorfosis para adaptarse a los planes de la Revolución.
El “staff” actual ya no engaña ni a los monaguillos que se llevan a la cama.
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