jueves, 30 de agosto de 2018
NACHO ALDAY - EXPOLIO - 31/08/2018
Un pórtico del siglo XI ha sido arrancado de una iglesia rural de Soria y nadie sabe dónde puede estar. Ocurrió en la iglesia de La Mercadera, que se alza solitaria sobre un cerro en el municipio de Rioseco de Soria. Solo se sabe que el expolio se acometió en dos jornadas, así de laborioso fue arrancar una a una las milenarias piedras del templo, más la cruz colgada en lo alto de la espadaña, que terminó cayendo al suelo y partiéndose en pedazos. Los ladrones también se llevaron los dinteles de una de las ventanas exteriores, correspondiente a una pequeña capilla.
Lourdes Simal, la persona que descubrió el robo y dio la voz de alarma avisó a la Guardia Civil e hicieron una inspección. Les dijo que estuvieran alerta porque sabía que los ladrones volverían a por las piedras de la sillería. Quiso quedarse en la iglesia esa noche, pero por miedo se marchó. A la mañana siguiente ya se lo habían llevado todo.
Era un blanco fácil para los ladrones, que acudieron en cuadrilla y emplearon maquinaria profesional para extraer el pórtico, los dinteles y la cruz.
Sorprende la absoluta inacción de la diócesis de Osma-Soria, que todavía no ha presentado la denuncia ante la Guardia Civil por semejante robo en una de sus propiedades, dando a entender que el futuro de ese templo no está entre sus inquietudes.
Este es el último caso de la epidemia de robos que está destruyendo el patrimonio histórico español de forma silenciosa. A medida que los pueblos pierden población, sus iglesias, ermitas, castillos y casas nobles quedan expuestas al robo de sus objetos de valor. Algunos de estos edificios son incluso Bien de Interés Cultural. El mayor ejemplo es el robo de las campanas de las iglesias, que son luego fundidas para obtener cobre. El expolio de este pórtico sienta un peligroso precedente por lo descarnado del robo, lo que demuestra la impunidad con que operan las bandas de saqueadores en los entornos rurales.
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