18 de abril de 2018
Los obispos, “perplejos” ante la indiferencia religiosa de los jóvenes
Los obispos, “perplejos” ante la indiferencia
religiosa de los jóvenes
El cardenal
Blázquez califica la escasez de vocaciones de “penuria seria e indigencia
básica”
Madrid 16 ABR 2018 - 12:51 BRT
El
cardenal Ricardo Blázquez en la sede de la Conferencia Episcopal en una foto de
archivo. EFE
Los obispos iniciaron en la mañana de este lunes su
asamblea de primavera encerrados en sí mismos, sin referencia alguna a las
vicisitudes en que está sumida la sociedad española. Es lo que se deduce del
discurso inaugural de su presidente, el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, centrado
en los problemas internos, fundamentalmente en la escasez de vocaciones
sacerdotales y en el “enfriamiento” de la fe entre los jóvenes. “¿La Iglesia es para ellos indiferente e irrelevante?”,
se ha preguntado el líder episcopal. En 2017 se ordenaron 109 sacerdotes en los
seminarios españoles, frente a los varios miles que lo hacían hace décadas.
Es “el invierno eclesial” al
que se refería el cardenal Antonio María Rouco hace un lustro.
Blázquez habla ahora de “penuria seria”, incluso de “indigencia básica”. Añade: “Si hace varios
decenios la abundancia era extraordinaria, actualmente la escasez es también
extraordinaria. Aquella abundancia impulsó a la construcción de muchos
seminarios, que poco tiempo más tarde no fueron necesarios”.
Es el tema principal de una semana que los prelados
españoles, en activo y eméritos, dedican a analizar sus problemas de
apostolado, que su líder califica como “fuente de inquietudes y sufrimiento”.
En primer lugar, alude al “ambiente”, que Blázquez califica como “debilidad de
fondo”. Frente a la abundancia del pasado, la penuria actual se prolonga más
allá de lo que los obispos suponían hace años. La plenaria se produce una
semana después de que el Tribunal Constitucional haya avalado la ley educativa
del Gobierno de Mariano Rajoy, que facilita a los prelados, con dinero público
(en torno a 700 millones cada año), todo tipo de privilegios para enseñar
catolicismo en las escuelas, con una asignatura llamada de “Religión y Moral
cristiana” que cuenta para la nota media y para obtener becas.
La crisis eclesiástica, muy profunda, se refleja en
la propia cúpula eclesiástica. La Iglesia romana tiene en España 10 cardenales,
17 arzobispos, 74 obispos diocesanos y 17 prelados auxiliares, de los que 35
tienen más de 80 años y los que siguen en activo superan una media de edad de
65. “Las consecuencias de esta carestía larga y dura, es decir, el descenso del
número de presbíteros y su media de edad cada vez más alta, nos puede acechar
la tentación de cubrir la falta de vocaciones con soluciones improvisadas y
atajos arriesgados”, advierte Blázquez. Se refiere a la tentación de relajar
“el marco de preparación para el ministerio, en ocasiones insatisfactorio”. El
número de seminaristas es muy reducido, descendiente cada año, pero también
escasean los profesores dedicados a su formación.
La Conferencia Episcopal lleva
tiempo intentado descubrir las causas y las circunstancias de la crisis de
vocaciones. Los obispos están perplejos, en palabras de Blázquez. “En un tiempo
pensamos que la crisis de seminarios podía proceder de la crisis de sacerdotes,
ya que nos vimos inmersos en perplejidades sobre el sentido del ministerio que
condujeron junto con otras causas a numerosas secularizaciones”. Pendiente de
las reflexiones que realicen los obispos esta larga semana de reuniones y
debates, hasta concluir el próximo viernes, Blázquez fue muy duro con la tarea
episcopal. “Quizá más que crisis de vocaciones podría tratarse de una crisis de
convocantes”, sentenció.
La asamblea plenaria elegirá a los prelados que van
a participar en el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes convocado por el
papa Francisco para el próximo otoño. Blázquez dedicó buena parte de su
discurso al tema, interrogándose por los motivos de la indiferencia religiosa
entre la juventud. “¿Qué buscan los jóvenes? ¿Por qué, sin motivo personal
conocido, se distancian de la participación en la vida de la Iglesia y se
colocan silenciosamente como al margen, de ordinario sin agresividad? ¿La
Iglesia es para ellos indiferente e irrelevante? ¿Están convencidos de que poco
o nada pueden esperar de ella? ¿Son los jóvenes como un sismógrafo que detecta
los movimientos subterráneos de la historia?”
Fueron algunas de sus preguntas. El Vaticano tiene
en su poder el resumen de las respuestas ofrecidas en una encuesta realizada en
el orbe católico, también en España. El documento final, elaborado por 300
jóvenes reunidos en Roma del 19 al 25 de marzo, será una de las bases de debate
en la Asamblea del Sínodo de los Obispos de octubre. Por España participaron
los jóvenes Javier Medina (Valencia) y Cristina Cons (Santiago de Compostela).
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