12 de abril de 2018
El Pentágono teme que un ataque a Siria desate una escalada “fuera de control”
El Pentágono teme que un ataque a Siria desate una
escalada “fuera de control”
El secretario de
Defensa, Jim Mattis, enmienda a Trump y afirma ante el Congreso que “aún no se
ha tomado una decisión” sobre la intervención en Siria
El
secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis (izquierda), y el Jefe del
Estado Mayor Conjunto, Joseph Dunford, testifican ante el Comité de Servicios
Armados del Congreso. SHAWN THEW EFE
El juego ha ido demasiado lejos. Tras días de caos y frivolidad presidencial, el
secretario de Defensa, Jim Mattis, trató de imponer la calma en la crisis siria
y alertó ante el Congreso del riesgo de que un ataque pueda desencadenar “una
escalada fuera de control” en el mayor polvorín de Oriente Próximo. “Una de mis
mayores preocupaciones es evitarlo”, dijo el teniente general Mattis. En las
antípodas de la aceleración de Donald Trump, el jefe del Pentágono señaló que
aún no se había tomado la decisión de golpear a Siria.
Un día la intervención es inminente. Al otro puede no ocurrir nunca. Un
día la andanada será con “misiles bonitos, nuevos e inteligentes”; al otro nada
está claro. El presidente de Estados Unidos ha impuesto al conflicto sirio su
impronta. Imprevisible, frívolo, fatuo, el mandatario que
lidera la coalición que prepara la represalia contra el régimen de Bachar El
Asad por el uso de armas químicas en Duma, ha alarmado a su propio equipo y
desatado un aluvión de críticas.
Los reproches a su zigzagueante gestión, calificada por The Washington Post de “huracán de impulsos” y
por The New York Times como “el triunfo de la
contradicción”, llegan de todos los flancos y han puesto en evidencia su
ligereza. Durante años, el multimillonario criticó a Barack Obama por ofrecer
extensas argumentaciones sobre sus operaciones militares. Para el republicano
solo servían para dar pistas al enemigo. “Yo no entraría en el conflicto sirio
y si lo hiciese sería por sorpresa y no soltándolo en todos los medios”, dijo
en 2013, cuando Obama sopesaba un ataque a Siria. Una posición que esta semana
ha pisoteado él mismo.
Desde el domingo, el comandante en jefe no solo ha alertado de una
intervención sino que ha avanzado que sería con misiles. Dos datos que han
pulverizado el factor sorpresa y situado a Trump en el ojo del huracán. Cercado
por las críticas, el presidente trató de salir del apuro ayer con un nuevo
tuit: “Nunca dije cuándo iba a ocurrir el ataque a Siria. ¡Podría ser muy
pronto o no tan pronto! En todo caso, los Estados Unidos, bajo mi
Administración, ha realizado un gran trabajo limpiando la región del ISIS”.
Never
said when an attack on Syria would take place. Could be very soon or not so
soon at all! In any event, the United States, under my Administration, has done
a great job of ridding the region of ISIS. Where is our “Thank you America?”
La intervención matutina, más que acallar la polémica, volvió a
prenderla. El giro sólo añadía confusión en un momento altamente delicado,
cuando los mandatarios de Francia y el Reino Unido, con
opiniones públicas radicalmente contrarias a Trump, estaban dilucidando el alcance
de su participación.
En la Casa Blanca, según medios estadounidenses, se ha pasado de la
sorpresa por la locuacidad bélica de Trump, algo que evitó en el ataque de abril de 2017, al intento de controlar los
daños. En cabeza de la operación se ha puesto el secretario de Defensa, el
teniente general Jim Mattis, el hombre sobre el que recae la responsabilidad
del ataque.
Militar de enorme prestigio, el jefe del Pentágono se ha mostrado
gélido y ha evitado dar por hecho cualquier extremo. “No hemos
tomado aún ninguna decisión de lanzar un ataque a Siria. Cuando abandone esta
sesión, acudiré a una reunión del Consejo de Seguridad Nacional donde
presentaremos varias opciones al presidente”, afirmó ante el Comité de
Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
Lejos de la retórica belicista del comandante en jefe, Mattis
señaló que una de sus mayores preocupaciones es prevenir que un ataque a Siria
desencadene una “escalada fuera de control” en un país en guerra y con
presencia de Rusia, Irán y Turquía. Un temor que han hecho suyos la mayoría de
los especialistas y que ha aumentado al descubrirse que Siria está usando bases
rusas como refugio de algunos potenciales objetivos.
S. POZZI
Rusia hace un llamamiento a Estados Unidos y a sus aliados para que se
abstengan de intervenir militarmente en Siria porque, advierte, se entrará en
un punto de no retorno. Vassily Nebenzia, el embajador ruso ante las Naciones
Unidas, confía por eso que se pueda establecer “un diálogo por los canales
adecuados para prevenir un desenlace que puede ser muy peligroso” para toda la
región. “Saben que estamos ahí”.
El diplomático ruso hizo estos comentarios tras concluir una reunión del
Consejo de Seguridad convocada a petición de Bolivia para tratar las amenazas
de la Administración de Donald Trump. “Los mensajes que lanza Washington son
muy belicosos”, insiste, “la prioridad inmediata es evitar el riesgo de una
guerra”. Nebenzia recuerda que la amenaza de ataque es una violación de la
Carta de la ONU.
Los expertos de la agencia que supervisa la prohibición de armas
químicas (OPAQ) están ya de camino hacia Siria, con la intención de llegar a la
zona del último ataque químico este sábado en la ciudad de Duma. Moscú asegura
que “tienen las puertas abiertas”. “Esperamos que puedan hacer su trabajo”,
indicó. En este momento, añade, no procede discutir el mecanismo para
investigar la autoría.
El jefe del Pentágono manifestó que estaba convencido de que el ataque
del pasado 7 de abril a la ciudad rebelde de Duma había sido efectuado con
armas químicas. No por ello rechazó la investigación sobre el terreno y la
recolección de evidencias, aunque destacó que a medida que pasaba el tiempo
esto se volvía cada vez más difícil.
Desde el inicio del conflicto, los estadunidenses han dado por hecho en
sus comunicados, especialmente el presidente, que las tropas de Bachar El Asad
hicieron uso de armas químicas en Duma. Una línea roja que Estados Unidos
prohibió cruzar hace un año y que le llevó, tras una matanza similar, a arrasar
una base aérea siria.
En aquel caso, aunque Moscú y Damasco negaron el uso de armamento
químico (teóricamente retirado tras un acuerdo en 2013 con Obama), las
investigaciones independientes demostraron que sí había sido empleado. Ahora,
justo el día en que se reunía en la Casa Blanca el jefe del Pentágono con el
presidente, la
cadena MSNBC publicó que la Administración estadounidense había
obtenido muestras de orina y sangre de las víctimas del ataque y que
confirmaban el uso de gas de cloro y de un agente nervioso.
Etiquetas:
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