23 de agosto de 2008

Los jóvenes piden mucha más mano dura

El Mundo - 23/08/08

CHEQUEO A 30 AÑOS DE DEMOCRACIA

Los jóvenes piden mucha más mano dura

Los datos reflejan un gran descontento con el Código Penal, considerado muy benévolo
El 68,9% se muestra partidario de que la Constitución derogase la pena de muerte
Sin embargo, es llamativo el alto porcentaje de gente (26,4%) que la aún la apoya
Actualizado sábado 23/08/2008 14:08 (CET)

MARÍA PERAL
MADRID.- Ocho de cada 10 ciudadanos creen que debería establecerse la pena de cadena perpetua –con revisión judicial cada cierto tiempo– para los delitos más graves. Esa misma proporción es partidaria de imponer medidas de control a los delincuentes reincidentes de que cumplan su condena y sean excarcelados. Además, el 80% endurecería las sanciones para los menores que cometan delitos.
Los datos, que se desprenden de la encuesta de Sigma Dos para el diario EL MUNDO, reflejan un abrumador descontento con el vigente Código Penal, al que consideran excesivamente benévolo.
Curiosamente, la franja de edad más partidaria del endurecimiento del Código Penal es la comprendida por jóvenes de 18 a 29. Este sector de la población se muestra además en desacuerdo con la derogación de la cadena perpetua y cree que no se garantiza el cumplimiento real de las penas.
La opinión ciudadana aparece polarizada, en cambio, en lo que se refiere a la necesidad de rebajar la edad penal y si hacerlo a los 16 o incluso a los 14 años.
En relación a la pena de muerte, la mayoría (un 68,9%) estima bueno que fuese abolida por la Constitución, aunque es llamativa la alta proporción (el 26,4%, más mujeres que hombres) en desacuerdo con la supresión de la sanción máxima. Por edades, los mayores de 65 años constituyen la franja más partidaria de la pena capital (el 31,4%). Los más reacios son los menores de 44 años, que han vivido en democracia toda o la mayor parte de su vida.
El sondeo revela que el apoyo a la cadena perpetua crece notablemente cuando se incluyen dos importantes matizaciones: habría revisión judicial, esto es, cada cierto tiempo el reo tendría ocasión de convencer a un juez de que merece la libertad, y sólo se aplicaría a los delitos graves. En estas condiciones, llega al 82% el porcentaje de quienes serían partidarios de su implantación, sin apenas variaciones en función del sexo o la edad.
Texto íntegro de este artículo