Actualizado jueves 21/08/2008 07:25 (CET)
JOSÉ MANUEL VIDAL
MADRID.- Vicente Enrique y Tarancón pasó a la Historia con el sobrenombre de el Cardenal de la Transición. El entonces purpurado de Madrid, ayudado por el Papa Pablo VI y por la palanca del Concilio Vaticano II, consiguió desenganchar a la Iglesia católica del régimen de Franco y convertirla en ariete de la reconciliación y de la Transición a la democracia. Pero 30 años después, los ciudadanos no sólo no se lo reconocen a la institución eclesial, sino que la mayoría (45,5% de los encuestados) la acusa de "dificultar el establecimiento de la democracia".
El porcentaje de los que creen que la Iglesia entorpeció la salida democrática aumenta entre los más jóvenes (el 65,5% de los de 18 a 29 años) y entre los votantes de izquierdas (el 62% de los votantes socialistas y el 74,6% de los de Izquierda Unida). Pero incluso el 25,5% de los votantes del Partido Popular (PP) sostiene la misma tesis. Eso sí, un 26,4% de los encuestados cree que "contribuyó al establecimiento de la democracia" y un 23,4% considera que ni la dificultó ni contribuyó a la misma.
La encuesta muestra una institución en decadencia y con mucha menos influencia social. El 62,6% considera que la influencia social de la Iglesia en España desde la época de la Transición es menor; para el 22% "se mantiene igual" y sólo es mayor para el 11,9%. También aquí se repite la tendencia en cuanto a la edad de los encuestados. Cuanto más jóvenes, más creen que la Iglesia ha perdido influencia social (el 66,9% de los de entre 18 y 29 años frente al 59,2% de los mayores de 65).
Se rompe, en cambio la tendencia en cuanto a la afiliación política. Porque el 64,1% de los encuestados que votan al PP consideran que la influencia social de la Iglesia es menor, frente al 60,4% del PSOE y al 41,6% de IU.
Parece claro, según los resultados de la encuesta, que los españoles quieren una Iglesia que no baje a la arena política ni se mezcle en las luchas partidistas.
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