lunes, 4 de mayo de 2020
RICINA – 05/05/2020
En un artículo titulado El hombre de la ricina, el semanario checo Respekt asegura que los servicios secretos rusos han enviado a Praga a un agente experto en el uso de este tóxico para matar al alcalde y a un concejal.
El alcalde, Zdenek Hrib, en la foto, ha confirmado que está protegido por la seguridad del Estado checo: "Puede decirse que la protección policial se mantiene desde Semana Santa. Ahora no es posible comentar dar más detalles de si el espionaje ruso está tratando de matarme con ricina, polonio o novichok".
Hrib cambió el nombre de la plaza que está delante de la embajada rusa en Praga el mes de febrero pasado. La bautizó con el nombre del opositor ruso Borís Nemtsov asesinado en 2015. Putin es considerado responsable de ese asesinato. El abogado de Nemtsov le acusó de entorpecer el esclarecimiento del caso obstruyendo cualquier investigación. Kadírov, al que se considera ejecutor del crimen, la Justicia rusa siempre se ha negado a interrogarlo.
El concejal Kolar, también amenazado, derrumbó la estatua del mariscal soviético considerado uno de los liberadores de la capital checa en la II Guerra Mundial y que posteriormente dirigió la invasión de Checoslovaquia en 1968 para acabar con la experiencia de socialismo democrático de Alexander Dubchek en la llamada primavera de Praga que se saldó con 72 muertos y 702 heridos.
En 1978, el disidente búlgaro Georgi Markov fue asesinado por un agente de la policía secreta búlgara quien le disparó subrepticiamente en una pierna en una calle londinense, con una pistola de aire comprimido camuflada como un paraguas, más conocido como paraguas búlgaro, un pequeño perdigón contaminado con ricina. Murió en el hospital pocos días después. Su cuerpo fue derivado a una rama especializada en venenos del Ministerio de Defensa británico, la cual descubrió el perdigón durante la autopsia. Los sospechosos principales fueron agentes secretos búlgaros ya que Markov había desertado de Bulgaria algunos años antes y había escrito libros y realizado programas radiofónicos que eran altamente críticos con el régimen comunista búlgaro. La KGB negó cualquier implicación, aunque los desertores de alto nivel Oleg Kalugin y Oleg Gordievsky confirmaron que la KGB estaba implicada. Con anterioridad, el disidente soviético Solzhenitsyn también había sufrido síntomas parecidos a los producidos por la ricina después de un encuentro en 1971 con agentes de la KGB, aunque en este caso sobrevivió.
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