domingo, 10 de mayo de 2020
ENCIERRO – 11/05/2020
El encierro inteligente de los Países Bajos ha sido uno de los modelos que más libertad de movimiento ha dado a sus ciudadanos. El gobierno de Mark Rutte basó esta estrategia confiando en la autonomía y responsabilidad de la gente.
Este tipo de confinamiento va a seguir en vigor hasta el 20 de mayo, los alumnos de Primaria vuelven a las aulas hoy lunes, los cafés están abiertos con servicios para llevar y muchos comercios han reabierto, aunque nunca tuvieron la obligación de cerrar.
Ahora que el miedo al virus es menor porque se ha anunciado que están disminuyendo los casos, parece que va a ser más difícil que los holandeses apoyen continuar incluso el encierro inteligente.
Medios de comunicación como un canal de televisión pública recientemente daba voz a un empresario inmobiliario de Ámsterdam, que llamó a la rebelión de las masas contra las medidas del gobierno argumentando que las empresas no tienen ninguna perspectiva de futuro y que el encierro tenía que terminar ya.
El periódico NOS publicaba el relato de un anciano que decía: "Prefiero morir de coronavirus que de soledad".
El razonamiento detrás de esta petición es que a las personas mayores no les quedan muchos años de vida y que ellos mismos prefieren elegir calidad de vida por poco tiempo que morir solos.
La petición exigía que las familias pudiesen visitar a los ancianos y fue apoyada por los mayores, los trabajadores de residencias, defensores de los derechos de ancianos y periodistas.
La demanda de los ancianos encaja con la visión de libertad individual del gobierno, pero en la última rueda de prensa, Rutte no aprobó esta petición, aunque sí ha aceptado visitas en habitaciones diseñadas con una mampara de plexiglás que evita el contacto.
Los neerlandeses admiten el hecho de que cada uno interprete las medidas para combatir el coronavirus es una cosa típica holandesa. Afirman que no hubieran aceptado otras medidas distintas a las del encierro inteligente.
Tal vez esto está pasando en todas partes del mundo a distintos niveles, pero las protestas de La Haya en pro de la libertad o los empresarios que quieren que los negocios vuelvan a la normalidad son las voces que están encontrando más resonancia.
En la foto una cena en los llamados invernaderos de cuarentena en Ámsterdam.
www.lavanguardia.com/participación/lectores-corresponsales/20200507
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