16 de febrero de 2020

ATASCOS

viernes, 14 de febrero de 2020


ATASCOS – 15/02/2020

Los hombres se atascan a veces ante obstáculos enormes, y a veces, es interesante señalarlo, ante obstáculos minúsculos. Un mero punto de pecado, de no perseverancia, de falta de correspondencia a la gracia, puede detener toda la vida espiritual de una persona.

Los atascos en la vida espiritual tienen todo tipo de variantes. Su naturaleza depende del obstáculo en el cual el hombre se atasque.

Los voluptuosos son aquellos que tienen afecto a los deleites sensuales, a otros les gusta la acción, el movimiento, actuar por actuar. Hay también, naturalmente, otros que tienen apego a las dos cosas a la vez.

Pero lo que caracteriza propiamente un atasco es el hecho de negarse a salir del atolladero. Se puede tener un defecto, y no estar atascado en él. Quien al ser avisado de un defecto se esfuerza por combatirlo no puede ser considerado atascado, sino en actitud de abandonarlo.
Atascado es alguien que tiene un defecto y adquiere en relación a él un apego tal que no quiere corregirse por mucho que se le diga.

Ese defecto no tiene que ser necesariamente un pecado mortal. Puede ser un pecado venial, puede ser un hábito que sea incluso un pecado "venialísimo". Pero en la medida en que la persona no quiere renunciar a ese punto, se atasca, y por eso podemos decir que la vida espiritual es una montaña en cuya pendiente se puede atascar uno a cualquier altura.

Hay quien se atasca muy alto. Es el caso de un hermano lego que, después de abandonarlo todo, se apegó a una cerradura. Era un hombre que estaba a cierta altura de la vida espiritual, pero se atascó por apego a un objeto. Naturalmente, no había sido sólo un apego a un determinado objeto, sino también a algo interior a lo que no quería renunciar.

Cuanto mayor es la altura alcanzada, tanto menor es la bagatela por la cual se atasca uno. Hay una especie de enfermedad de las alturas, pues quien a cierta altura no se ha dejado atascar por miedo a los leones es capaz de parar más arriba por causa de una mariposa. Hay una especie de vértigo en la vida espiritual, un tremendo complejo contra el cual es preciso defenderse con muchas precauciones.

Existe una enfermedad en la que las venas que alimentan el corazón van obstruyéndose y hacen que una parte del órgano muera, a pesar de que continúa latiendo. Vemos que la persona está andando, pero de repente tiene un infarto y se para. Se le ha quedado una parte del corazón como muerta. Los atascos espirituales son semejantes a las pequeñas obstrucciones que aparecen en el sistema venoso del corazón.

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