Quiero ser un Maya colonizado
Por Carlos Jordán 12 Octubre, 2016 - 8:12
Erasmus
Darwin, el abuelo de Charles Darwin, denunció lo siguiente que a continuación
relataré:
"En mis viajes por el inabarcable imperio español he
quedado admirado de como los españoles tratan a los indios, como a semejantes,
incluso formando familias mestizas y creando para ellas hospitales y
universidades, he conocido alcaldes y obispos indígenas y hasta militares, lo
que redunda en la paz social, bienestar y felicidad general que ya quisiéramos
para nosotros en los territorios que con tanto esfuerzo, les vamos arrebatando.
Parece que las nieblas londinenses nos nublan el corazón y el
entendimiento, mientras que la claridad de la soleada España le
hace ver y oír mejor a Dios. Sus señorías deberían considerar la política de
despoblación y exterminio ya que a todas luces la fe y la inteligencia española
están construyendo, no como nosotros un imperio de muerte, sino una sociedad
civilizada que finalmente que finalmente terminará por imponerse como por
mandato divino.
España es la sabia Grecia, la imperial Roma, Inglaterra el corsario
turco."
Hasta donde yo sé, Darwin no era facha ni fascista, ni
creo que franquistaya que nació en 1731, aunque ya sabemos que para
cierta parte de españoles Franco es omnipresente desde la aparición de los
mares y continentes.
Pero si investigamos un poco más, nos damos cuenta de que Darwin,
pese a las dudas de Bildu, Geroa Bai y Podemos sobre su
ideología franquista, estaba en lo cierto ya que apenas ocho años
después -cédula real de 20 de Junio de 1500- Isabel la católica estableció que
los indios eran libres y dueños de las tierras que les pertenecieran con
anterioridad a su llegada.
También poco después de esa declaración -en 1512- se redactaron y
aprobaron "Ordenanzas dadas para el buen regimiento y
tratamiento de los indios" siendo nada más y nada menos que el primer
cuerpo general legislativo que se dictó en el nuevo mundo con el objetivo de
mejorar el trato dado a los indios y suavizar sus obligaciones laborales.
Pero por si a estos "crueles, fachas y meapilas" no les
bastase, en 1538 fundaron la primera de las veinticinco universidades en
América latina de ese periodo, donde dos de ellas llevaban por nombre a
nuestros personajes históricos más queridos, San Ignacio de Loyola en Cuzco
-cerrada en 1767- y San Francisco Javier en Bogotá que ahora luce el nombre de
Pontificia Universidad Javeriana.
Como al político republicano Don Emilio Castelar, cuando le
preguntaron que le gustaría ser de no haber sido español, no puedo si no hacer
mías sus palabras, de no ser español, quisiera ser español.
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