18 de junio de 2014

Carta a S.M. el Rey Don Felipe VI


S.M. el Rey Don Felipe VI


Señor:

Besando las reales manos de V.M. el abajo firmante que desde su juventud forma parte de la Familia de Almas fundada por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira cuya finalidad es actuar en el campo temporal combatiendo la crisis del mundo moderno, que es principalmente la crisis del hombre contemporáneo, y defender los principios básicos de la civilización cristiana, es decir la Tradición, la Familia, y la Propiedad, tiene la honra de dirigirse y felicitar a V.M. por haber sido entronizado  en uno de los tronos más augustos y antiguos que hay en la Europa cristiana.

Mi deseo es que el ángel de la Guarda de V.M., el de la Casa de Borbón, el de la Casa Real española, y el de España aconsejen a V.M. lo mejor posible para la noble y elevada tarea que acaba de caer en los hombros de V.M. sabiendo que los problemas que V.M. va a tener que enfrentar no son fáciles. Consta que es el mejor Rey preparado de la Historia de España, y si a eso unimos la juventud muy madura de V.M. las perspectivas son buenas para enfrentar el tornado político-social-religioso en que vive España, Europa, en fin todo el Mundo hoy en día.

En efecto. V.M. es un Rey católico que tiene que gobernar una nación de Constitución Aconfesional, en el País que desde Sus augustos antepasados, los Reyes Isabel y Fernando tuvieron el título de Reyes Católicos, título, otorgado por el papado, muy justo y merecido. V.M. desciende de aquel que todos los historiadores reconocen como el modelo de Rey Católico: Felipe II. Por las venas de V.M. pasan la sangre de San Fernando y como no la del modelo de caballero cruzado cristiano español: el Cid Campeador, son los arquetipos que deben formar el fondo de cuadro que debe acompañar todo el reinado de V.M. Que todos ellos desde el cielo protejan a V.M. en todo Su reinado. Cuando en la Constitución vigente reza que:”La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica”, esta última oración no solo debe interpretarse como un simple derecho dinástico, sino también que la Tradición debe estar totalmente presente en el reinado de V.M. La Tradición y el Progreso, no se oponen, sino por el contrario se complementan, de manera que no es posible  un verdadero Progreso si no está fundamentado en la Tradición.

Gobernar es dirigir a una nación para conseguir su Bien Común, que es el bien de todos conseguido en comunidad, que en el caso del Estado, independientemente de su forma, es conseguir los bienes de diversa naturaleza: materiales, morales: como la paz interior, la seguridad de la nación, la buena fe en los contratos, etc., para que el pueblo, o sea los súbditos españoles de V.M. en este caso, practiquen la virtud con vistas a la felicidad eterna. De la gracia se encarga la Iglesia Católica por la misión divina de Nuestro Señor Jesucristo. Esto es una forma de ver la necesidad de la unión entre la Iglesia y el Estado.

Permita V.M. que numere sumariamente los problemas que V.M. enfrenta como Rey católico: laicidad del Estado y de la Sociedad; Divorcio; Aborto; Drogas; Crisis económica, que según algunos analistas es una crisis real, pero creada artificialmente; Secesionismo sin fundamentos, cuando la unión de los dos grandes reinos de Las Españas se hizo con calma dentro del marco de la moral, de la Ley y Costumbres: matrimonio entre los reyes titulares de sendas coronas; y que la Historia enseña como esa unión, a la que más tarde se agregaría la Unión Paccionada de Navarra, daría a España, a la Iglesia Católica, y a la Civilización Cristiana grandes glorias eternas e imborrables. Para colmo de los males tenemos que el problema de la invasión musulmana se levanta de nuevo, de momento de forma muy particular, pero, ¿será sólo esa forma?

Las estadísticas proporcionadas por el IV Poder indican que no sólo en España, sino en toda Europa, existe un desinterés mayoritario por lo que las fuerzas políticas y sociales que nos gobiernan nos ofrecen como solución para la felicidad de los pueblos, es ese remedo de pseudo imperio carolingio que es la actual Unión Europea y que no satisface a nadie. En España el desinterés también es enorme, unido a la falta de confianza en los políticos, entre otros motivos por su falta de honradez. Se alza frente a esto una falsa solución que los grupos que la ofrecen, ofrecen qué: ofrecen como solución la disolución del Estado, del Poder, de la Autoridad, de todo lo que se deriva del Derecho Natural: Tradición, Familia, y Propiedad. Son contrarios al recto uso del matrimonio siendo “fervorosos” partidarios de toda clase de aberraciones, entre las que destaca el Homosexualismo. En fin el ideal de ellos es el tribalismo indígena, que en el fondo es el Comunismo Utópico.


Para combatir estos males y construir una España verdadera en estos días tan aciagos, es decir una España Católica a machamartillo, que vuelva a ser la Espada de la Cristiandad, y Luz de la ortodoxia como lo fue en Trento, deseo que el Apóstol Santiago, Santiago Matamoros, San Hermenegildo, cuyo martirio se considera que fue la causa de la conversión del episcopado y de la nobleza arriana, dando origen a la unidad religiosa de España, en fin que La Inmaculada Concepción Patrona de España protejan, guíen y ayuden a V.M. en todo Su reinado por el bien de V.M. y de todos Sus súbditos.
José María Rivoir Gómez


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