20 de junio de 2018

La mordaza de Netanyahu


La mordaza de Netanyahu
El primer ministro israelí propone una ley que socava la democracia



Benjamin Netanyahu, en un discurso en Jerusalén.
Benjamin Netanyahu, en un discurso en Jerusalén. AMMAR AWAD REUTERS

El Gobierno de Benjamín Netanyahu en lugar de defender el Estado de derecho ha puesto en marcha la aprobación de una ley que va a proyectar una imagen muy mala de Israel y que, al limitar gravemente las libertades de información y expresión, socava la democracia.

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La nueva ley permitirá castigar con cinco años de prisión a quienes fotografíen o filmen a militares israelíes con el objetivo de “desmoralizar a los soldados”. La pena se elevará hasta los 10 años de cárcel en el caso de que un tribunal estime que el autor de las imágenes busque “socavar la seguridad del Estado”. Además, quienes difundan esas imágenes a través de las redes sociales o medios de comunicación podrán ser condenados a las mismas penas.
La legislación emplea un lenguaje tan amplio que, como advierte el prestigioso diario israelí Haaretz, puede utilizarse contra periodistas, ONG y cualquier ciudadano con teléfono móvil. Y presenta al Ejército israelí como si tuviera algo que ocultar.

Aunque la propuesta ha partido del ultraderechista ministro de Defensa, Avigdor Liberman, todos los partidos de la coalición de Gobierno israelí la han apoyado por unanimidad. El texto, que será sometido a votación en el Parlamento, ni siquiera trata de justificar quién es el verdadero objetivo de esta legislación. En su preámbulo acusa tanto a organizaciones propalestinas como ONG israelíes de pasarse días tras los soldados para “documentar de forma sesgada y difamar a las Fuerzas Armadas”.

Este proyecto llega tras el escándalo originado por el proceso al soldado Elor Azaria, quien en 2016 remató en el suelo a un palestino herido e inmóvil que acababa de ser detenido tras apuñalar a varias personas. Las imágenes fueron grabadas por una ONG israelí y sirvieron para llevar al militar ante un consejo de guerra que, finalmente, le condenó a 18 meses de cárcel. Es mucho menos de lo que, según el proyecto de Netanyahu, podría imponerse a la ONG que grabó el asesinato.


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