10 de junio de 2018

El primero que se fijó en Sánchez

El primero que se fijó en Sánchez

Hace ocho años, cuando todavía era Príncipe, Don Felipe citó en su despacho a aquel joven político casi desconocido




MadridActualizado:




Lo que no hicieron Alfonso XIII y Pablo Iglesias, lo consiguieron Don Juan Carlos y Felipe González medio siglo después, y ahora son Don Felipe y Pedro Sánchez quienes darán continuidad a esa relación de entendimiento. La convivencia de la Monarquía con un gobierno socialista ya se estrenó con éxito en el reinado anterior, pero en esta ocasión hay dificultades añadidas. El primer Gobierno socialista del reinado de Don Felipe es también el más frágil de la democracia y nunca habría prosperado si no hubiera sido por el apoyo de los separatistas y los antisistema, que se unieron con un objetivo común: derrotar al anterior jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy.
Con este horizonte de inestabilidad, el nuevo presidente del Gobierno acudirá todas las semanas a despachar con el Rey los asuntos de Estado en el Palacio de La Zarzuela. En cierta forma, serán reuniones entre viejos conocidos ya que Don Felipe y Sánchez llevan años compartiendo momentos de enorme tensión, algunos tristes, otros alegres e, incluso, pintorescos, pero en los que el Rey ha tenido laoportunidad de demostrar su lealtad y neutralidad al político. Y es que ambos se conocen desde 2010, cuando el Príncipe de Asturias citó en su despacho al entonces joven y casi desconocido político socialista que había sido compañero de curso de Doña Letizia en el Instituto Ramiro de Maeztu.


En enero de 2016, durante una ronda de consultas en la Zarzuela
En enero de 2016, durante una ronda de consultas en la Zarzuela - Efe

En aquellos tiempos, Don Felipe solía reunirse en privado con personas de su generación para pulsar la realidad española e ir conociendo a quienes serían después sus interlocutores. Una de las personas que el Príncipe quiso conocer fue ese profesor de la Universidad Camilo José Cela, padre de dos niñas –como Don Felipe-, cuatro años menor que él y que había dejado su puesto de concejal en el Ayuntamiento de Madrid para ocupar el escaño de diputado que Pedro Solbes había dejado vacante.



Cuatro años después de aquel encuentro, se produjo de forma paralela el relevo generacional en la Corona y en el PSOE, tras la abdicación de Don Juan Carlos y la salida de Alfredo Pérez Rubalcaba. En aquel momento, Sánchez, que entonces tenía fama de moderado, tuvo que competir por el puesto con Eduardo Madina, al que se etiquetó como radical, y en la pugna la Corona recibió los reproches de los dos candidatos. Sánchez llegó a pedir que se suprimieran «los privilegios» de la Monarquía, entre ellos la inviolabilidad del Rey en la Constitución, mientras que su rival se definió como republicano y propuso debatir la Monarquía en el PSOE en el futuro.
Don Felipe fue proclamado Rey y, a los pocos días, Pedro Sánchez fue elegido secretario general del PSOE. Convertido en líder de la oposición, acudió a la primera audiencia pública en La Zarzuela, a la que se incorporó Doña Letizia para saludar a su antiguo compañero de instituto. La reunión duró 70 minutos y transcurrió con «buena sintonía generacional».
A la vuelta del verano, Sánchez empezó a acudir con normalidad institucional a los actos de la Corona. En septiembre asistió a su primer almuerzo en el Palacio Real y en octubre al desfile militar y a la recepción de la Fiesta Nacional. En 2015, acudió a la entrega de los premios Princesa de Asturias y, tras los abucheos al himno en la Copa del Rey, expresó al Rey «mi apoyo personal y el respeto del PSOE por los símbolos del Estado».

«Tengo una primicia»

Pero la relación empezó a intensificarse a partir de diciembre de 2015, cuando se celebraron las primeras elecciones del reinado, que supusieron el fin del bipartidismo. Ni Don Felipe ni Sánchez olvidarán nunca lo que ocurrió el 22 de enero de 2016, cuando el líder del PSOE acudió a la primera ronda de consultas. «Tengo que darte una primicia –le dijo Don Felipe–. Pablo Iglesias ha anunciado que te a va a apoyar». Y así se enteró Sánchez de la jugada que el líder de Podemos le había preparado a sus espaldas.
Esa tarde también el Rey se llevó una sorpresa cuando propuso a Rajoy como candidato a presidente del Gobierno, y éste declinó el ofrecimiento porque no reunía suficientes apoyos. Tras la segunda ronda de consultas, Don Felipe se lo propuso a Sánchez, que aceptó y fracasó, pero puso en marcha el contador para unas nuevas elecciones y resolvió el vacío legal de la Constitución, que no establece qué hacer cuando ningún candidato reúne suficientes apoyos.   

Pero los momentos más duros los vivieron con el desafío separatista catalán, y Pedro Sánchez estuvo a la altura de las circunstancias. «Era la primera vez en la historia del país que se producía una crisis así y yo le dije al Jefe del Estado que no le iba a fallar», afirmó cuando Don Felipe cumplió 50 años. «Yo creo que es un hombre de su tiempo y este tiempo que le ha tocado vivir es muy complicado», añadió.

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