10 de septiembre de 2011
Ocho de cada diez catalanes quieren que la enseñanza sea bilingüe
ABC - Día 09/09/2011
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Los designios lingüísticos del Gobierno de Artur Mas se contraponen a las preferencias de los catalanes. Así lo revela una encuesta de la empresa DYM para ABC, según la cual, el 81 por ciento de los ciudadanos de Cataluña prefieren que en los colegios públicos se impartan asignaturas en catalán y castellano.
De los datos de ese sondeo, obtenidos a partir de 1.141 entrevistas efectuadas poco antes de que CiU ganara las elecciones autonómicas de noviembre de 2010, se concluye que la inmersión lingüística que el Ejecutivo autonómico intenta mantener, en contra de las numerosas resoluciones judiciales —la más reciente es del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y en ella se da un plazo de dos meses para que la Generalitat garantice la igualdad idiomática en las escuelas—, dista mucho de los deseos de los catalanes.
El 40 por ciento de los encuestados quiere que la mitad de las asignaturas sean en catalán y la otra mitad en castellano; el 37 opta por la mayoría en catalán y alguna en español, y un 4 aboga por la mayoría en castellano, con alguna en catalán. Solo el 15 por ciento es partidario de que todas las asignaturas sean en catalán. El bilingüismo al 50 por ciento es defendido principalmente por votantes del PSC (46%), mientras que la preeminencia del catalán es avalada por el electorado de CiU (44%).
La encuesta recaba también la opinión de los catalanes sobre las sanciones lingüísticas y las cuotas de doblaje. El 68 por ciento apoya que los establecimientos comerciales puedan decidir el idioma en el que instalan sus rótulos, sin ninguna obligación legal de hacerlo en catalán, frente a un 28 por ciento que sí defiende la regulación. Precisamente, ayer ABC publicaba las opiniones de empresarios sancionados por la Generalitat, así como de madres de alumnos a las que la Justicia ha dado la razón en su defensa del bilingüismo escolar.
Por otro lado, el 73 por ciento es favorable a que los cines decidan libremente el idioma de las películas que proyectan, sin ninguna obligación legal de emitir una parte en catalán, frente a un 22 que se declara en contra de esa libertad. Quienes integran esa mayoría partidaria de que no haya imposiciones legales son votantes de PSC y de CiU. El anterior gobierno tripartito aprobó una ley de cine en el que obligaba, bajo pena de multa, a que la mitad de las copias de películas que se exhiben en Cataluña estén dobladas al catalán.
La lengua es uno de los caballos de batalla del nacionalismo catalán, junto al pacto fiscal. CiU pretende convertir ambas materias en condición «sine qua non» para apoyar la investidura del presidente del PP, Mariano Rajoy, tras las elecciones generales del 20 de noviembre, siempre y cuando los populares no saquen mayoría absoluta. Algo más que probable, dijo ayer el candidato de CiU, Josep Duran Lleida.
Más a corto plazo, Cataluña celebrará el próximo domingo su Diada Nacional y las instituciones catalanas aprovecharon la gran expectación creada por la entrega de la Medalla de Honor del Parlamento autonómico al entrenador del Barça, Josep Guardiola, para reivindicar de nuevo el modelo de inmersión lingüística. Así lo hizo la presidenta de la Cámara catalana, Núria de Gispert, quien denunció durante su discurso los «intentos de romper nuestra convivencia y cohesión social», en alusión a la última interlocutoria del TSJC. «Nadie puede desestabilizar el sistema de inmersión en las escuelas, que es un modelo cívico y pedagógico de éxito porque ha permitido integrar armónicamente a todos los alumnos y no segregarlos», dijo la dirigente de UDC, quien advirtió de que, a pesar de las dificultades, «nadie puede apagar la llama de la catalanidad ni la voluntad de ser un pueblo libre y una nación plena».
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