3 de octubre de 2019

TRADICION

miércoles, 2 de octubre de 2019



TRADICIÓN - 03/10/2019

La tradición tiene un papel de tal manera importante que sólo una palabra podría precederla. Es la palabra religión. La tradición es un valor muy alto del espíritu y merece preceder a los conceptos de familia y de propiedad. De hecho, la tradición hoy defiende los propios presupuestos de la civilización y particularmente de la civilización perfecta que es la cristiana. Basta considerar las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Innumerables cambios han tenido lugar en este período en el pensar, sentir, vivir y actuar de los hombres. Considerados estos cambios en su conjunto, sin tener en cuenta las excepciones, es innegable que se dirigen a una situación de violenta oposición con todas las tradiciones espirituales y culturales que recibimos. Estas tradiciones siguen aún vivas, pero continuamente alguna modificación las debilita. Por supuesto que, si nadie se levantase en su defensa, a la larga perecerían. Ahora, la extinción de estas tradiciones supone el mayor naufragio de la Historia. Las mejores tradiciones están siendo erosionadas por distorsiones sofísticas de algunos conceptos, por otra parte, de gran valor. Por ejemplo, la simplicidad. Simples serían aquellos que prefieren las cosas que no requieren mucho gusto, ni mucho esfuerzo. Sin pretensiones sería la persona que siente bienestar en ser vulgar. La "simplicidad" va invadiendo cada vez más las costumbres de los jóvenes y adultos. Las reglas de cortesía y de trato, el modo de organizar una casa, de recibir, de vestirse, de hablar, van siendo cada vez más "simples". Decoro, brillo, calidad, clase, prestigio, son valores de espíritu cada día menos aceptados. Ahora, ellos contienen muchos elementos de lo que la tradición nos ha legado de más precioso. Con esto, la vida se va volviendo descolorida, los estímulos nobles se marchitan, los horizontes se acortan y la vulgaridad invade todo. Otro ejemplo es la "espontaneidad", que llevaría a evitar todo tipo de esfuerzo, el de pensar, de querer, de refrenarse. Inducirían a dar rienda suelta a la sensación, a la fantasía, a la extravagancia, de todas las maneras posibles. La televisión, que excita, va matando así al libro, que invita a la reflexión, las ideas se van empobreciendo y con ello el vocabulario también. Hablar se reduce en ciertas ruedas a narrar con vocablos básicos algunos hechos elementales. Divertirse es saltar y dar gritos sin sentido. Y reír. Reír mucho, pero sin mucha razón para reír. Está claro que, en materia sexual, incluso más que en otras, cualquier contención es rechazada. La moral sexual de algunas personas consiste en legitimar todos los excesos para evitar complejos. La historia de todos los "progresos" últimamente ha sido la siguiente: una minoría lanza una extravagancia loca, la mayoría siente escalofríos y protesta, la minoría insiste, la mayoría se va acostumbrando, mientras tanto la minoría prepara un nuevo escándalo, y este escándalo tendrá el mismo éxito. Así la mayoría va entrando en este nuevo mundo, fascinada, con piel de gallina, hipnotizada, como el pajarito entra en la boca de la serpiente. De tanto reducir la cortesía, ella morirá. De tanto acortar los trajes, desaparecerán. De tanto callar sobre los valores fundamentales de la cultura y del espíritu ellos desertarán la Tierra.

No hay comentarios: