6 de febrero de 2009
Bertone critica políticas del Gobierno, arropado por Rouco y 60 obispos
EL PAIS - JUAN G. BEDOYA - Madrid - 06/02/2009
Bertone critica políticas del Gobierno, arropado por Rouco y 60 obispos
El 'número dos' del Papa respalda al episcopado ante el ministro Bermejo
"Centinela sobre el monte alto de la fe". Así se ve la Iglesia romana, cuyo número dos, el cardenal Tarcisio Bertone, respaldó ayer a los obispos en todas y cada una de sus disputas con el Gobierno socialista. Bertone, secretario de Estado vaticano, lo hizo arropado por el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Antonio María Rouco, en una larga lección sobre los derechos humanos. Habló a mediodía ante 560 personas, en la sede de la Conferencia Episcopal. El acto empezó y concluyó con aplausos y el rezo de un padrenuestro y tres avemarías. En primera fila escucharon -y aplaudieron- el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo; la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, y el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica.
Los mensajes
El Vaticano proclama el derecho de los padres a elegir cómo educar a sus hijos
"Ha sido el discurso del cardenal Rouco. La comunión con Roma es plena", subrayaba, eufórico, un portavoz episcopal poco antes de dirigirse a la embajada del Vaticano en Madrid, donde Bertone almorzó en compañía de más de medio centenar de obispos. A la caída de la tarde, voló de regreso a Roma.
El secretario de Estado había venido a España, en "visita privada", para pronunciar esa conferencia, invitado por Rouco, pero desarrolló anteayer una intensa actividad diplomática, con encuentros de trabajo y un almuerzo junto el Rey, el presidente Rodríguez Zapatero, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Rouco no erró cuando planificó en Roma este viaje, pese al intento del Gobierno por acapararlo. Los obispos parecían de fiesta después de escuchar a Bertone. Nunca antes la conmemoración de un aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos habrá sido tan celebrada por los prelados, después de escuchar, arrobados, a su superior jerárquico. Segundo del papa Ratzinger también cuando éste presidió la Congregación para la Doctrina de la Fe, Bertone les hizo un repaso de altura, punto por punto, de la doctrina de su iglesia, dejando claro, con contundencia, el pleno respaldo del Vaticano a las posiciones del episcopado español frente al Ejecutivo.
Más tarde, en una breve comparecencia ante los periodistas, agradeció a Rouco la invitación y, por si había dudas, aclaró que sus referencias doctrinales -sobre el aborto, contra el laicismo, sobre el derecho de los obispos a pronunciarse sobre los asuntos públicos...- dibujaban "un cuadro general", pero con "aplicación en lo concreto y puntos particulares también en España".
El primer párrafo de la conferencia, tras los saludos de rigor, dejó ya claro el principio de la primacía, tan caro al cardenal Rouco. "Cuando la Iglesia habla de derechos humanos no se olvida de fundarlos en Dios. Esos derechos están por encima de la política y también por encima del Estado-nación", proclamó.
Leída en castellano, no fue una conferencia larga, pero lo suficiente para abordar todos los asuntos calientes en la actualidad política española. Sobre la legalización del aborto dijo: "Es una clara violación del orden de la creación". También antepuso la moral católica a los avances de la ciencia en materias como la genética. "Las nuevas fronteras de la bioética no imponen una elección entre la ciencia y la moral, sino que exigen un uso moral de la ciencia", sostuvo.
Sobre la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo, que la Iglesia española tachó hace dos años como lo más horrible que le había ocurrido en sus veinte siglos de historia, afirmó: "La vida familiar está fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer, unidos por un vínculo indisoluble". Igual de tajantes fueron sus referencias a la educación, que sonaron a condena sin paliativos de la asignatura Educación para la Ciudadanía y en defensa del derecho a objetarla. "Son los padres a quienes compete por derecho natural la tarea educativa; Se debe respetar su derecho a elegir la educación para sus hijos".
En la capital del Estado cuyos dirigentes actuales aparecen ante Roma como los abanderados del laicismo y el relativismo, Bertone también fue contundente. "Querer imponer una fe o una religiosidad estrictamente privada es buscar una caricatura del hecho religioso y una injerencia en los derechos de las personas a vivir sus convicciones religiosas como deseen o como éstas se lo demanden. No es expresión de laicidad, sino su degeneración en laicismo, la hostilidad contra cualquier forma de relevancia política y cultural de la religión; en particular, contra la presencia de todo símbolo religioso en las instituciones públicas".
Pese a reconocer que el presidente Zapatero le había garantizado anteayer que no habrá cambios en el privilegiado trato que España dispensa al Estado de la Santa Sede, Bertone reafirmó la teoría en que se basan esas prebendas, incluso las económicas. "Frecuentemente el principio de igualdad es entendido como uniformidad de tratamiento jurídico. No es una interpretación correcta: el principio de igualdad se vulnera si se tratan situaciones iguales de modo diverso, pero también si se tratan situaciones diversas de igual manera", sentenció el primer cardenal del Vaticano.
Los mensajes
- Aborto. "No podemos caer en el engaño de pensar que se puede disponer de la vida hasta legitimar su interrupción".
- Matrimonio. "La vida familiar está fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer".
- Símbolos religiosos. "No es expresión de laicidad sino su degeneración en laicismo la hostilidad contra la presencia de todo símbolo religioso en las instituciones públicas".
- Libertad religiosa. "Querer una religiosidad estrictamente privada es buscar una caricatura de lo que es el hecho religioso".
Bertone critica políticas del Gobierno, arropado por Rouco y 60 obispos
El 'número dos' del Papa respalda al episcopado ante el ministro Bermejo
"Centinela sobre el monte alto de la fe". Así se ve la Iglesia romana, cuyo número dos, el cardenal Tarcisio Bertone, respaldó ayer a los obispos en todas y cada una de sus disputas con el Gobierno socialista. Bertone, secretario de Estado vaticano, lo hizo arropado por el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Antonio María Rouco, en una larga lección sobre los derechos humanos. Habló a mediodía ante 560 personas, en la sede de la Conferencia Episcopal. El acto empezó y concluyó con aplausos y el rezo de un padrenuestro y tres avemarías. En primera fila escucharon -y aplaudieron- el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo; la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, y el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica.
Los mensajes
El Vaticano proclama el derecho de los padres a elegir cómo educar a sus hijos
"Ha sido el discurso del cardenal Rouco. La comunión con Roma es plena", subrayaba, eufórico, un portavoz episcopal poco antes de dirigirse a la embajada del Vaticano en Madrid, donde Bertone almorzó en compañía de más de medio centenar de obispos. A la caída de la tarde, voló de regreso a Roma.
El secretario de Estado había venido a España, en "visita privada", para pronunciar esa conferencia, invitado por Rouco, pero desarrolló anteayer una intensa actividad diplomática, con encuentros de trabajo y un almuerzo junto el Rey, el presidente Rodríguez Zapatero, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Rouco no erró cuando planificó en Roma este viaje, pese al intento del Gobierno por acapararlo. Los obispos parecían de fiesta después de escuchar a Bertone. Nunca antes la conmemoración de un aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos habrá sido tan celebrada por los prelados, después de escuchar, arrobados, a su superior jerárquico. Segundo del papa Ratzinger también cuando éste presidió la Congregación para la Doctrina de la Fe, Bertone les hizo un repaso de altura, punto por punto, de la doctrina de su iglesia, dejando claro, con contundencia, el pleno respaldo del Vaticano a las posiciones del episcopado español frente al Ejecutivo.
Más tarde, en una breve comparecencia ante los periodistas, agradeció a Rouco la invitación y, por si había dudas, aclaró que sus referencias doctrinales -sobre el aborto, contra el laicismo, sobre el derecho de los obispos a pronunciarse sobre los asuntos públicos...- dibujaban "un cuadro general", pero con "aplicación en lo concreto y puntos particulares también en España".
El primer párrafo de la conferencia, tras los saludos de rigor, dejó ya claro el principio de la primacía, tan caro al cardenal Rouco. "Cuando la Iglesia habla de derechos humanos no se olvida de fundarlos en Dios. Esos derechos están por encima de la política y también por encima del Estado-nación", proclamó.
Leída en castellano, no fue una conferencia larga, pero lo suficiente para abordar todos los asuntos calientes en la actualidad política española. Sobre la legalización del aborto dijo: "Es una clara violación del orden de la creación". También antepuso la moral católica a los avances de la ciencia en materias como la genética. "Las nuevas fronteras de la bioética no imponen una elección entre la ciencia y la moral, sino que exigen un uso moral de la ciencia", sostuvo.
Sobre la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo, que la Iglesia española tachó hace dos años como lo más horrible que le había ocurrido en sus veinte siglos de historia, afirmó: "La vida familiar está fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer, unidos por un vínculo indisoluble". Igual de tajantes fueron sus referencias a la educación, que sonaron a condena sin paliativos de la asignatura Educación para la Ciudadanía y en defensa del derecho a objetarla. "Son los padres a quienes compete por derecho natural la tarea educativa; Se debe respetar su derecho a elegir la educación para sus hijos".
En la capital del Estado cuyos dirigentes actuales aparecen ante Roma como los abanderados del laicismo y el relativismo, Bertone también fue contundente. "Querer imponer una fe o una religiosidad estrictamente privada es buscar una caricatura del hecho religioso y una injerencia en los derechos de las personas a vivir sus convicciones religiosas como deseen o como éstas se lo demanden. No es expresión de laicidad, sino su degeneración en laicismo, la hostilidad contra cualquier forma de relevancia política y cultural de la religión; en particular, contra la presencia de todo símbolo religioso en las instituciones públicas".
Pese a reconocer que el presidente Zapatero le había garantizado anteayer que no habrá cambios en el privilegiado trato que España dispensa al Estado de la Santa Sede, Bertone reafirmó la teoría en que se basan esas prebendas, incluso las económicas. "Frecuentemente el principio de igualdad es entendido como uniformidad de tratamiento jurídico. No es una interpretación correcta: el principio de igualdad se vulnera si se tratan situaciones iguales de modo diverso, pero también si se tratan situaciones diversas de igual manera", sentenció el primer cardenal del Vaticano.
Los mensajes
- Aborto. "No podemos caer en el engaño de pensar que se puede disponer de la vida hasta legitimar su interrupción".
- Matrimonio. "La vida familiar está fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer".
- Símbolos religiosos. "No es expresión de laicidad sino su degeneración en laicismo la hostilidad contra la presencia de todo símbolo religioso en las instituciones públicas".
- Libertad religiosa. "Querer una religiosidad estrictamente privada es buscar una caricatura de lo que es el hecho religioso".