martes, 23 de junio de 2020
BIOTERRORISMO – 24/06/2020
El virus chino es muy peculiar como coronavirus y según reconocen expertos en bioterrorismo e inteligencia militar parecería completamente adaptado a una finalidad de guerra psicológica e ingeniería social dadas las particulares características de las sociedades desarrolladas contemporáneas.
Desde hace varios años, se está experimentando en la creación de coronavirus con "capacidades mejoradas", tal como se deduce de la lectura del artículo publicado en Nature Medicine en noviembre de 2015 que motivó, pocos días después, la información ofrecida por el programa de la televisión italiana RAI sobre los experimentos chinos con coronavirus. Se informaba de que se estaba investigando sobre la posible modificación de coronavirus para que pudiesen pasar directamente del murciélago al tracto respiratorio humano. Como mínimo, resulta lícito preguntarse bajo qué directrices y con qué propósitos se efectúan ese tipo de investigaciones.
En marzo de 2020 un grupo de científicos indios se atrevió a hacer público un análisis que mostraba las inserciones artificiales en la secuencia genética del Covid 19: unas inserciones que servían para construir la "llave" que le sirve para "abrir la cerradura" de las células del aparato respiratorio humano e infectarlas pero siguiendo un proceso inusualmente lento, de manera que el sujeto pase varios días asintomático, dándole así tiempo a infectar a otras muchas personas y extender la enfermedad.
Resulta que el 18 de octubre de 2019 se celebró en Nueva York el "Evento 201", organizado por el Centro John Hopkins para la Seguridad Sanitaria, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill Gates, un simulacro de pandemia por coronavirus que, visto en retrospectiva, prácticamente calca todo lo que está sucediendo con la pseudo pandemia. Bien es cierto que algunos datos son distintos, como por ejemplo en el simulacro se preveían 65 millones de muertes, lo cual indica que probablemente es la cifra de víctimas mortales a la que aspiran. Es elocuente que, seis semanas antes del inicio de la pandemia en China, instituciones de primer nivel mundial realicen una simulación que más parece un ensayo general que otra cosa. En realidad, se escondía la información reservada de que precisamente ese tipo de emergencia sanitaria se iba a desencadenar apenas seis semanas después. Desde luego que se celebre un simulacro de pandemia por coronavirus con amplia presencia de personalidades de la élite globalista unas semanas antes de que estalle efectivamente una emergencia de ese tipo induce a pensar que es artificial y que ha sido diseminado de manera intencionada, con algún tipo de propósito oculto.
https://elmanifiesto.com/tribuna/630248383/El-Covid-19-y-el-problema-de-la-verdad.html
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