El
emperador Carlos IV se marchó a vivir a Bohemia, la actual República Checa, de
donde era rey y toda la Corte se trasladó con él, por lo que construyó la
fortaleza de Carlstjen, a unos 80 kilómetros de Praga, para proteger el tesoro
del Sacro Imperio. Es un castillo que se conserva muy bien.La definición de esplendor como brillo intenso es pobre. Es mucho más noble y solemne. Un aspecto de la espiritualidad contrarrevolucionaria consiste en el momento de encontrarse con algo maravilloso explicitar cómo eso evoca a Dios, viendo por una parte su belleza y por otra su sacralidad. El brillo es propio de lo temporal y el esplendor es más evocativo de lo sobrenatural. Habla de un universo de realidades más alto y hace sentir nostalgia del paraíso en el que el hombre vivía en un universo altamente simbólico, brillante y esplendoroso. Después del pecado original los ambientes perdieron el aspecto paradisíaco y se hicieron opacos, el esplendor se volvió ocasional. Hace pensar, atrae, ayuda a olvidarse de sí mismo, destruye el egoísmo, ayuda a ser humilde viendo algo superior que atrae. Tiene algo de poético, desproporcionado con nuestra condición humana, como si fuera de otra dimensión. Hace sentir la presencia de Dios, impone respeto, recogimiento e introspección ante el contraste con la mediocridad y vulgaridad de tantos ambientes de la vida cotidiana.
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