21 de diciembre de 2018

NACHO ALDAY - EXPRESO

jueves, 20 de diciembre de 2018


NACHO ALDAY - EXPRESO - 21/12/2018

El Expreso de los Andes se llama Andean Explorer y es el referente incuestionable en el turismo de lujo en Perú y el primer tren de estas características en Sudamérica.

Fabricado en Australia en 1994, en 2016 llegó al país andino tras un costoso y complejo viaje de tres meses en barco hasta arribar cerca de Arequipa. Se adaptaron los rieles y la carrocería de madera a las nuevas condiciones climáticas. También se redecoró, manteniendo los elementos tradicionales, pero añadiendo algunos toques locales. La idea era diseñar un lugar para pensar y soñar armonizándolo con la belleza del paisaje, explica la diseñadora Inge Moore, responsable del proyecto donde no faltan alpacas, piezas de artesanía local y esos vistosos tejidos que siempre sorprenden al visitante.

El último vagón es lugar de los encuentros, de contar las anécdotas del día, de hacer las fotos en grupo, de hablar de la procedencia de unos y otros además de apreciar las vistas panorámicas de los Andes. Conviene abrigarse, pues está abierto por los lados y lo cierto es que entra algo de frío a 4.000 metros de altitud. Es curiosa la especial camaradería que se desarrolla en este tipo de viajes. Al llegar, todos son extraños en las desconocidas tierras de Cuzco, pero sólo tres días después es como si formasen parte de una misma familia y esas tierras parte de su existencia. Viajan 48 pasajeros como máximo y 50 tripulantes uniformados. Entre los primeros, unos cuantos norteamericanos e ingleses. Los segundos, peruanos de aquí y de allá.

Son en total 16 vagones, cada uno con nombre alusivo a la flora o fauna de la región, los que serpentean a más de 3.000 metros, por lo que es uno de los ferrocarriles más altos del mundo. Como el Belmond Royal Scotland sus trenes han ido añadiendo nuevos niveles de confort, médico a bordo, cabinas con camas dobles, individuales o literas, con su propio cuarto de baño. Llama y Muña son los dos vagones restaurante, donde se sirven platos frescos con ingredientes locales, vajilla propia y menús diseñados por los chefs del Hotel Monasterio de Cuzco. No circula por la noche para garantizar el mejor descanso de sus pasajeros y para no perder nada de estos parajes extraordinarios. Un paisaje que llama la atención por su variedad y que sorprende con momentos inolvidables, alpacas, llamas, vicuñas, cóndores o aldeas remotas.

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