EDITORIAL FALSA DICOTOMIA – EL MANIQUEISMO POLITICO DE ESPAÑA VERSUS CATALUÑA

EDITORIAL

FALSA DICOTOMIA – EL MANIQUEISMO POLITICO DE ESPAÑA VERSUS CATALUÑA

José María Rivoir

España dio al mundo un magnífico ejemplo de sociedad orgánica, en el que se realizó el principio de estética : “La belleza consiste en la unidad dentro de la variedad”.

Parece que esto ya estaba presente cuando los romanos dividieron Las Españas en varias regiones políticas.

Con la invasión de los bárbaros la cosa siguió igual. Fue con motivo de la invasión árabe que lo que podría haber latente o en germen de legítimas diferencias o divisiones La Reconquista lo definió.

Todos los peninsulares se consideraban españoles, y reconocían la primacía del rey de León, posterior  rey de Castilla, por ser descendiente directo de Don Pelayo, el último Rey visigodo. Así retomando la vieja idea imperial de Alfonso III y Alfonso VI, Alfonso VII de León el 26 de mayo de 1.135 fue coronado Imperator totius Hispaniae (Emperador de España) en la Catedral de León, recibiendo homenaje, entre otros de su cuñado Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona.

Nos encontramos en el ápice del feudalismo, o del estado señorial, o sea no concibamos esto como una supresión de fueros y costumbres de los distintos reinos, por el hecho de tener un solo príncipe con el título de emperador. El principio de subsidiariedad funciona en el ámbito político y social como nunca más funcionó. El castellano estaba en sus primero balbuceos.

Hay las vicisitudes más o menos conocidas de La Reconquista, que terminó con la conquista de Granada en el año 1.492. Si bien que unos siglos antes San Fernando ya había realizado la mitad de ese fin cuando hizo que el reino moro de Granada fuera vasallo del rey de Castilla. El hecho de que Boabdil no pagase el tributo debido como vasallo del Rey de Castilla fue lo que movió a los Reyes Católicos a guerrearle.

Con el matrimonio de los Reyes Católicos, cuyo lema es muy significativo y simbólico “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”, la unión paccionada de Navarra, siendo que ya antes por unión o herencia los Señoríos Vascos estaban junto con la corona del Rey de Castilla, pero quede claro, eran vascos españoles, pero no eran castellanos, buena parte del ideal de la unión de los diferentes reinos y señoríos de la península en una sola corona estaba casi realizada. Quedaba Portugal, corona que recayó en el Rey de Castilla, Aragón, etc. con Felipe II, por causa de la triste derrota  y muerte del Rey don Sebastián, “que algún día volverá a reinar en Portugal”, en la batalla de Alcácerquibir. Batalla que su tío, Don Felipe le aconsejó que no la hiciera de ningún modo, cuando Don Sebastián le consulto respecto de ese asunto.

El sueño de todos los reyes medievales se hizo realidad, si bien que fue por causa hubo de la triste y lamentable derrota de los portugueses. Todos desearíamos que se hubiera realizado de otra manera.

Todo iba bien hasta que apareció un advenedizo, un cristiano nuevo, el maldito Conde-Duque de Olivares, que hizo todo lo posible para deshacer el Imperio de las Españas. Estaban llamando a su Rey y Señor, Felipe IV de “El Grande”, y fue por eso que Quevedo decía que Felipe IV era grande como los agujeros, que cuando más tierra se les saca son más grandes. Hubo un levantamiento general en España, el único reino que permaneció fiel fue el de Castilla, se levantaron no sólo los portugueses, sino también los catalanes y andaluces. Todo quedó en que se separó de la Corona del Rey Felipe, el reino de Portugal. La culpa de todo eso fue de Olivares.

Continuo todo yendo más o menos bien, las lenguas, usos y costumbres, fueros, etc. de cada reino era respetados, desde Felipe II, la corte estaba establecida en Madrid, Castilla, cuya lengua es el castellano, el cual ya estaba en un desarrollo y auge enorme, estamos  en el Siglo de Oro del castellano. Nada impedía que el payés, baturro u otra gente del pueblo hablasen su lengua regional.

Con la muerte de Carlos II, no teniendo descendencia, y por culpa de un testamento que fue un desastre, viene a gobernarnos un príncipe francés, hipocondríaco, dominado por la Princesa de los Ursinos, con la pésima intención de “castellanizar” España. Para no dejar dudas de lo que se nos venía encima, mandó bombardear Barcelona. Una manera muy bruta de hacerse obedecer por súbditos que querían tener a otro señor. De ahí el grito: “Viva el Austria, muera el Borbón”.

A partir de  ahí comienzan los problemas, que se agravarían durante el siglo XIX, y que culminaron con la prohibición de enseñar vasco y catalán en las escuelas.

Consta que uno de los españoles más universales que han nacido en Cataluña fue San Antonio María de Claret, obispo de Santiago de Cuba, confesor de la Reina Isabel II, fundador de una orden religiosa de expansión  universal: los claretianos.San Atonio María de Claret escribió un catecismo en catalán para los niños de las escuelas de Cataluña.

Como toda la política con Cataluña  parece que no fue suficientemente inepta desde Felipe V, ahora el Ministro de Educación Wert, dice que quiere españolizar a los catalanes en las escuelas. Nuestro Ministro, de origen alemán, parece que todavía está con la cabeza en el feudo alemán del que su familia es original. Siendo los catalanes españoles, un tipo de español como otro cualquiera ¿qué disparate quiere decir el Sr. Ministro? Creo que a los catalanes les suena a aquel disparate de Felipe V, de querer castellanizar Las Españas, y claro está que ellos no quieren castellanizarse, hacen muy bien, el problema son las formas equivocadas de ese no querer. Si se castellanizacen algún bien psicológico, cultural, y moral de Las Españas se perdería, algo de la imagen y semejanza de Dios desaparecería de la Tierra, y un verdadero católico debe evitar que eso suceda.

Pero Wert sigue en sus trece a pesar de la bronca, muy bien merecida, que le dio el Rey, claro está él es Rey de todos los españoles.

Cabe preguntar si tanta incompetencia es hecha  adrede o qué.

Frente a un arraigado sentimiento de antiguo estilo feudal-señorial con mucha solera, tan mal tratado. Se levantan las izquierdas, al frente de las cuales está el PSOE, con una antigua solución: Una España federal. Las Españas de los Reyes Católicos y reyes posteriores, es feudal-señorial, monárquica. La España federal de las izquierdas, por ahora respeta a la institución monárquica, pero su ideal, es republicano, y más a fin con la Europa de las Regiones, un falso remedo del Sacro Imperio de Carlomagno, con Merkel mandando modo prusiano, en vez de María Teresa, un tercer o cuarto Reich sin Hitler, y queriendo en el fondo acabar con todas las legítimas desigualdades que hay aún en el continente europeo.

Parece que nuestros políticos no estudiaron la Historia de España del siglo pasado, especialmente el final de la monarquía, República, y La Cruzada de Liberación nacional, como la declararon los obispos en su famosa carta colectiva del 1 de julio de1.937. Quizá tampoco hayan oído hablar de Cicerón, y de una de sus famosas sentencias: “La Historia es la maestra de la vida”. Si lo tuvieran presente, podrían ver que el mismo esquema general, y esquemas secundarios se están realizando como en esa época. Sería largo y tendido explicar, por no decir demostrar, que a su modo eso ya está siendo visto por otros analistas de nuestra vida pública, me excuso de citarlos, pues de un breve artículo tendría que pasar a escribir un libro, lo que no me parece que sea el caso.

“Piensa mal y acertarás”. ¿Será que nuestros hombres de vida pública saben a qué abismo  están conduciendo a España? ¿Están jugando con la O.P. española para que en medio del caos que han establecido, está ceda delante de fines excusos que sólo algunos privilegiados lo saben?

Sea como fuere, nunca mejor dicho: “Dios nos coja confesados”. Por otra parte fieles y coherentes con nosotros mismos repetimos con toda confianza las palabras de La Virgen en Fátima: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará”. O sea tendremos la ayuda divina por la intercesión de María Santísima Medianera Universal de todas la gracias, para salir de la actual crisis, religiosa, cultura, moral, político, y social en que actualmente se encuentra España.

AMGRM