Una falla con un 'ninot' de la alcaldesa Rita Barberá a punto de quemarse- CARLES FRANCESC
Más de 700 monumentos arden en la gran noche de la 'cremà' valenciana
La cremà de los 772 monumentos satíricos ha puesto fin en la medianoche de este jueves a las fiestas de las fallas de Valencia del 2009, mediante el ritual del fuego purificador que, como preludio del equinoccio de primavera, destruye todo lo negativo y permite a la fiesta renacer de sus propias cenizas.
El fuego empezó a prender a las 22 horas, en el caso de las fallas infantiles, y a las 24 comenzaron en las grandes. Todas fueron pasto de las llamas excepto los dos grupos indultados este año por votación popular: Solidaridad, de la falla Reino de Valencia-Duque de Calabria, y Queridas mascotas, de la Quart-Palomar. En total se han quemado monumentos valorados en 10,64 millones de euros, un pequeño porcentaje de los 752 millones de euros que, según un estudio elaborado por la Interagrupación de Fallas, se han gastado este año en las fiestas.
La última falla en arder fue la de la plaza del Ayuntamiento, realizada por el artista Pedro Santaeulalia con el lema Bienvenidos a casa, dedicada a exaltar las nuevas instalaciones del zoo de la ciudad de Valencia.
La visión de las llamas consumiendo el monumento fallero provocó, como manda la tradición, las lágrimas de las falleras mayor e infantil, Marta Agustín y María Berbel, que siguieron la cremà desde el balcón del Ayuntamiento, acompañadas de la alcaldesa Rita Barberá, del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el cardenal-arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco.
Además de la crisis económica, que ha tenido su efecto en una contención de los presupuestos de las comisiones, las fallas de 2009 han recogido también otros temas que han acaparado la actualidad de los últimos meses, como la corrupción política, la burbuja inmobiliaria o el descenso del turismo. El festejo ha vuelto a batir este año récord de asistencia, con 105.000 participantes.
La cuenta atrás de la cremà la inició a las 19.00 horas la Cabalgata del Fuego, un desfile de animales fantásticos, procedentes del bestiario festivo valenciano, que, de la mano de la Colla de Dimonis de Massalfassar, lanzaron durante el recorrido llamaradas desde sus entrañas, para terminar con un espectáculo de luz y color.