24 de noviembre de 2018

NACHO ALDAY - INSURRECCION

viernes, 23 de noviembre de 2018


NACHO ALDAY - INSURRECCIÓN – 24/11/2018

En 1933 las urnas habían hablado. La mayoría de los españoles había elegido un Gobierno de centro derecha que pusiera coto a los desmanes de la coalición republicano socialista.

Los menguados partidos de izquierda presionaron al timorato presidente de la Segunda República amenazando con una revolución en caso de que la derecha entrase en el Gobierno. La izquierda, una vez más y como ocurrió en 1931, no aceptaba los resultados electorales.

Así que el 4 de octubre de 1934 el Partido Socialista dio la orden de insurrección a sus militantes que se dirigieron hacia el Ministerio de Gobernación con la intención de tomarlo por asalto, pero la esperada colaboración de militares simpatizantes se quedó en una vana ilusión y el apoyo social en una quimera. Los planes socialistas en la capital preveían la detención del presidente de la República y no lo habían conseguido. Tampoco lograron imponerse en las quince provincias en las que había estallado la rebelión. Significaba que el levantamiento que debía tener los caracteres de una guerra civil estaba condenado al fracaso.

En Barcelona, Companys proclamó el Estado Catalán con la idea de incitar a los sublevados en Madrid a que se proclamaran gobierno legítimo y se instalase en Barcelona. Se emitió un bando por el que se declaraba el Estado de Guerra, hubo enfrentamientos entre los revolucionarios y el Ejército. Los dirigentes anarquistas fueron arrestados, durante la madrugada las tropas dirigidas por el general Batet ocuparon las Ramblas y al amanecer todo había acabado.

En Asturias, los revolucionarios ocuparon Oviedo y buena parte del Principado, los administradores e ingenieros de las minas fueron asesinados, decenas de guardias civiles fusilados, de religiosos martirizados y de civiles liquidados. Además de los actos de destrucción generalizada. El general Franco fue enviado para sofocar el levantamiento, ocasionando unas cien ejecuciones de prisioneros. 

A pesar de los 1.500 muertos provocados por los revolucionarios la represión llevada a cabo por el Gobierno fue indulgente y de los 15.000 detenidos, sólo unos cientos fueron sometidos a Consejo de Guerra y, de éstos, sólo dos ejecutados. El Partido Socialista no fue ilegalizado, la mayoría de sus afiliados no pisaron la cárcel y algunas sedes continuaron su actividad. Los prisioneros recibieron privilegios en las cárceles y los condenados por delitos leves fueron amnistiados. El camino hacia la guerra civil del 36 estaba abonado.

https://revistadehistoria.es/1934-insurreccion-y-golpe-de-estado/

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