31 de julio de 2013

La Infanta se muda a Suiza, pero Urdangarin se queda en Barcelona

La Infanta se muda a Suiza, pero Urdangarin se queda en Barcelona

Doña Cristina se traslada con sus cuatro hijos a Ginebra para trabajar desde allí para La Caixa

Su marido permanecerá en Barcelona siguiendo la instrucción del 'caso Nóos'

La infanta Cristina, fotografiada a la salida de su trabajo en Barcelona. / GIANLUCA BATTISTA
La Infanta Cristina se muda a vivir a Ginebra con sus hijos, pero su marido se quedará en Barcelona siguiendo la instrucción del caso en el que está imputado, según han confirmado a EL PAÍS fuentes próximas a los duques de Palma. Iñaki Urdangarin no está sujeto a ninguna medida cautelar que restrinja su libertad de movimiento y no tiene que pedir permiso para salir de España, aunque sí comunicar al tribunal su cambio de domicilio. Pese a poder acompañar a su familia, ha decidido permanecer, de momento, en España y viajar periódicamente a Suiza para visitarles.
Tras varios meses intentando buscar un trabajo para Urdangarin que permitiera a toda la familia alejarse, y especialmente, alejar a sus cuatro hijos, de las consecuencias de la imputación del duque de Palma en elcaso Nóos, ha sido doña Cristina quien ha logrado la vía de salida. La Caixa, su empleador desde el año 1993, le ha encargado, como directora del Área Internacional de su fundación, “la misión de gestionar y coordinar sus programas con diversas agencias de las Naciones Unidas que tienen su sede en Ginebra”, según ha informado la entidad. La Infanta también "impulsará nuevos programas de colaboración con las fundaciones de ámbito social y cultural del Aga Khan Development Network".
La Infanta Cristina fue imputada por el juez José Castro el pasado abril, pero finalmente, la Audiencia de Palma decidió, por dos votos a uno, el 7 de mayo, que no había indicios suficientes para hacerlo, y finalmente, no tuvo que comparecer ante el juez.
Doña Cristina ya ha encontrado casa en su nuevo destino en Ginebra  y el traslado es "inminente" , según fuentes próximas a los duques de Palma, para que los niños empiecen el colegio con el resto de alumnos.
La familia había barajado la opción de irse a vivir a Catar, donde Urdangarin quería trabajar como ayudante de su amigo y exseleccionador español de balonmano, Valero Rivero, a quien los cataríes habían ofrecido dirigir su equipo nacional. Pero el plan se frustró finalmente porque el duque de Palma carecía del título de entrenador y Catar no tenía sitio o dinero para un relaciones públicas.
Esta es la segunda vez que la Infanta se traslada a vivir al extranjero. Durante la instrucción del sumario del caso Palma Arena -que dio origen al caso Nóos- Nóos, en septiembre de 2009, ella, su marido y sus hijos se trasladaron a Washington, donde Urdangarin prestó servicios para Telefónica, empresa de la que era, entonces, consejero. Fue la Casa del Rey quien le pidió a Urdangarin en 2007 que buscase trabajo fuera de España. José Manuel Romero, conde de Fontao, asesor legal del Monarca y persona de su máxima confianza, recomendó al duque de Palma que buscara empleo en el extranjero. La decisión tardó todavía dos años en materializarse. En agosto de 2012, anunciaron su regreso a España, y en noviembre de ese año, Udangarin dimitió de su cargo de consejero de Telefónica Internacional.
Aislado
Desde que estallara el escándalo del caso Nóos, la Casa del Rey ha aumentado progresivamente la distancia con el marido de la Infanta Cristina, séptima en la línea de sucesión al trono. En diciembre de 2011, poco antes de su imputación, Urdangarin fue apartado de la vida oficial de Familia Real. El duque de Palma acababa de pedir perdón públicamente desde Washignton: "Lamento profundamente el grave perjuicio a la imagen de mi familia y de la Casa del Rey, que nada tienen que ver con mis actividades privadas", dijo entonces.
Dos días después de aquel comunicado de Urdangarin, el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, calificó su comportamiento de "no ejemplar" y en su discurso de Nochebuena de 2011, don Juan Carlos se refirió claramente a él, aunque sin citarlo, cuando reconoció estar "enormememente preocupado" por la pérdida de "prestigio" de algunas insituciones: "Cualquier actuación censurable deberá ser juzgada. La justicia es igual para todos", añadió.
Pero la evolución del caso Nóos siguió erosionando el prestigio de la institución en los meses siguientes y La Zarzuela continuó dando pasos para intentar aislar a su principal foco de problemas hasta que el pasado enero borró todo rastro del marido de la Infanta de la página web oficial de la Casa del Rey. "El mensaje es claro: Iñaki Urdangarin está fuera de la Casa. Hemos visto necesario volver a marcar distancias para responder a los efectos negativos que el caso Nóos está teniendo en la imagen de la Casa y para parar esa corriente de opinión que interpreta en la visita de Urdangarin al hospital el pasado noviembre [tras la operación de cadera del Monarca] un acercamiento institucional", declararon entonces fuentes de La Zarzuela.


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