3 de agosto de 2012
“Mariano, Mariano, nos arruinas el verano”
Miles de ciudadanos que regresan o inician sus vacaciones se están encontrando hoy estaciones y trenes a medio gas. Es el primer gesto contra la liberalización de Renfe, un paro de 24 horas convocado a nivel estatal por seis sindicatos —CC OO, UGT, Semaf, Sindicato Ferroviario, Sindicato de Circulación y CGT— que supone la retirada de 554 trenes entre Cercanías, media distancia y AVE. La huelga, que ha arrancando a media noche, está transcurriendo sin incidentes y se están cumpliendo los servicios mínimos, según la compañía. Los sindicatos cifran el seguimiento en un 90%, dato que Fomento rebaja al 20%. A los viajeros cuyos viajes han sido cancelados los ubican en trenes posteriores.
En Madrid, la primera protesta de trabajadores se ha producido a lasseis de la mañana, cuando unos 50 se han concentrado en la estación de Atocha, fuertemente vigilada por la policía. A ellos se les han sumado casi otro centenar de trabajadores y simpatizantes que les han acompañado hasta los andenes de Cercanías. Los trabajadores, que se han mezclado con los viajeros en los andenes, llevaban camisetas en las que reclaman "un ferrocarril público y social". "Mariano, atiende, la Renfe no se vende", coreaban.
Los huelguistas, armando ruido con silbatos y bocinas, han intentado ir a Sol sin éxito, porque los trenes estaban parados. Han recorrido los vestíbulos circundados por la policía y han invitado a la gente a unirse a ellos con el grito de "a ti que estás mirando, también te están robando". También han accedido varios trenes en los que han transmitido sus quejas a los viajeros. Una hora más tarde, han salido a las puertas de la estación donde la policía les ha pedido la documentación. A las nueve, el piquete se ha disuelto sin incidentes.
A las once de la mañana, se ha producido una segunda protesta, más numerosa, en el mismo lugar. Unos 200 trabajadores han recorrido la estación al grito de "esto nos pasa por un gobierno facha". Cuando los manifestantes han tratado de entrar en la zona de Cercanías saltándose los tornos, se han producido enfrentamientos y momentos de tensión con los efectivos antidisturbios. Los agentes han pedido la documentación a varias personas que estaban concentradas. Luego, han salido a la avenida Ciudad de Barcelona custodiados por decenas de antidisturbios, que les han impedido cortar al tráfico la calle. Los trabajadores, que gritan lemas como "Mariano, Mariano, nos arruinas el verano", o "por un ferrocarril público y social", se han concentrado después frente a la estación hasta la 1.30. A las seis de la tarde está prevista una nueva convocatoria sindical.
A la huelga están llamados los trabajadores de Renfe, Adif y Feve, que suman 30.000 empleados propios y 100.000 externos. Los servicios mínimos se han fijado en una media 60% de trenes para Cercanías en horas punta (de 6.00 a 9.00) y el 42% el resto del día, con 267 trenes menos, y el 75% (tres de cada cuatro) en Alta Velocidad y media distancia, que pierden respectivamente 80 y 187 convoyes. Estos porcentajes, que varían en función de las provincias, se pueden consultar en la web de Renfe, así como los trenes que han resultado afectados por los paros y que no salen. Los sindicatos consideran los servicios mínimos “más abusivos de la historia” y anuncian un recurso ante los tribunales.
Cerca de un 90% de los trabajadores con posibilidad de hacer la huelga ha decidido secundarla en el turno de noche y en las primeras horas del turno de mañana, según ha señalado CC OO en un comunicado, en el que destaca el seguimiento masivo del paro. A las 12.15, ha comparecido el secretario de Estado de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Rafael Catalá, que ha cifrado el seguimiento en un 20%, y ha destacado que la jornada está transcurriendo "con total normalidad" y sin incidentes, salvo algún que otro problema "menor" en Madrid y Barcelona, donde un usuario ha accionado la palanca de alarmasprovocando la parada brusca del ferrocarril.
Fomento ha cifrado en entre tres y cuatro millones de euros el impacto de la huelga en los ingresos de Renfe, según Catalá, que considera “impropia” la protesta por el impacto “en la economía y en el turismo” y porque asegura que la negociación con los sindicatos sobre la reforma ferroviaria sigue abierta. Las centrales están en contra de los planes de liberalización ferroviaria recién anunciados por el Gobierno para abrir el transporte de viajeros en tren a la competencia a partir de julio de 2013 y segregar la actual operadora pública Renfe en cuatro sociedades (Viajeros, Mantenimiento, Mercancías y Material Móvil). Abrir esta competencia significa que cualquier empresa ferroviaria, privada o pública de otro país, podría optar al servicio. Fomento argumenta que Renfe, Adif y Feve “suman una deuda altísima de 20.700 millones, tienen vías con una muy baja ocupación y un mantenimiento muy costoso, estaciones con pocos viajeros y trenes que no se usan”, según las declaraciones de Catalá recogidas por la agencia Europa Press.
Tanto los sindicatos como la oposición responden que la deuda se debe principalmente a una gran inversión en infraestructuras y temen que la apertura del sector suponga un aumento de las tarifas para los viajeros y un descenso en la oferta en líneas que no resulten rentables para un futuro comprador. “Este giro supone que empresas alemanas o de otros países puedan hacer negocio con los más de 50.000 millones de inversión pública española en Alta Velocidad”, esgrime Rafael Simancas, portavoz del PSOE en la Comisión de Fomento, que se muestra contrario a que el cambio se fije para dentro de un año. “Todas las empresas ferroviarias tendrán que liberalizarse por dictamen de Europa pero lo lógico es aplazarlo hasta que la propia Renfe esté en condiciones de competir en igualdad con otros operadores y no se pierda la inversión que se ha hecho”, añade.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario