17 de agosto de 2012

La banca afronta su rescate con el nivel de morosidad más alto de la historia


La banca afronta su rescate con el nivel de morosidad más alto de la historia
El volumen de dudosos se dispara hasta el 9,42% y repunta en 8.300 millones en un solo mes
Las entidades financieras tienen un total de 164.360 millones de créditos impagados
La morosidad en la banca superó todos sus récords históricos en junio, curiosamente en el mismo mes en el que el Gobierno español decidió pedir el rescate europeo para recapitalizar el sector. Nunca desde que el Banco de España recoge estos datos —desde enero de 1962— el porcentaje de créditos impagados frente al total de la cartera había alcanzado el 9,42% que rebasó durante el pasado junio. Esta tasa equivale, según los datos publicados este viernes por el supervisor, a 164.360 millones que las entidades tienen muy difícil recuperar.
Con este repunte, la tasa de mora acumula 15 meses consecutivos al alza aunque, echando la vista más hacia atrás, este 9,42% supone mutiplicar por más de nueve los niveles previos al estallido de la crisis, de la financiera en 2008, o por ocho los que presentaba antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria a finales de 2007 —y que aún colea—. Ahora, el reto del sector es enjugar este ingente volumen de impagados en un entorno de recesión, paro y enfrascado en un profundo proceso de recapitalización, algo para lo que España ha solicitado un crédito de hasta 100.000 millones a sus socios europeos.
Además, el aumento en dinero contante y sonante de la morosidad entre junio y mayo, que fue de 8.387 millones, también supone un hito dentro de los archivos del Banco de España, ya que es el segundo peor dato de la serie. Solo en julio de 2009 subió más el crédito moroso en apenas un mes con un avance de 9.346 millones.
Hasta ahora, el máximo en la morosidad era de 1994 tras la quiebra de Banesto, que dejó un agujero de 3.660 millones de euros, lo que coincidió con el último periodo de recesión que ha atravesado la economía española hasta el pasado 2009. Sin embargo, la recaída en la crisis y el problema larvado de la pesada herencia del ladrillo han acabado por pulverizar también este récord.
El sector financiero empezó a sufrir los efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria a finales de 2007, cuando su volumen de créditos dudosos ni siquiera llegaba a superar los 20.000 millones. Sin embargo, la cascada de quiebras entre inmobiliarias y promotoras, primero, y el deterioro económico, después, han disparado esta cifra hasta niveles desconocidos, tanto en porcentaje como en términos absolutos. Al mismo tiempo, los bancos y cajas se han convertido en las grandes inmobiliarias del país por culpa de la crisis al quedarse con los inmuebles y viviendas que se pusieron en garantías de préstamos que no se han pagado.
No obstante, estos pisos, edificios y, sobre todo, ingentes cantidades de suelo adjudicado está tasado a precios que nada tienen que ver con la realidad de un mercado totalmente seco. Ahí, y en la necesidad de hacer borrón y cuenta nueva y poner en orden las cuentas, es donde reside la clave de la reforma, según señalan los expertos.
En lo relativo a sanear el sector, el Gobierno ha encargado a hasta ocho firmas independientes revisar las cuentas de las entidades. En una primera fase, realizada en julio, dos firmas independientes sometieron al conjunto del sector a pruebas de resistencia para concretar el total de dinero que necesita el conjunto del sistema para recapitalizarse. Este proceso ha arrojado unas necesidades de entre 51.000 y 62.000 millones para hacer frente con solvencia a un agravamiento de la crisis no previsto. La mayoría de este dinero surge de las entidades nacionalizadas o bajo el paraguas del Estado (Bankia, CatalunyaCaixa, Novacaixagalicia y Banco de Valencia), que tendrán que recurrir al dinero europeo y representan en torno a dos tercios del total con entre 34.000 a 41.000 millones.
A continuación fue el turno de las auditoras, cuya misión fue la de poner orden en las cuentas y detectar la posible morosidad oculta en las entidades. El objetivo de estos trabajos, que ya han finalizado pero cuyos resultados no se han hecho públicos, era la de aflorar aquellos créditos mal clasificados. No obstante, a modo de ejemplo, baste con recordar que uno de los responsables de las primeras pruebas de esfuerzo, Oliver Wyman, reclasificó directamente hasta un 20% de los préstamos de las carteras de grandes empresas, pymes y empresas de construcción no inmobiliaria al epígrafe de crédito al ladrillo. 
Para completar este proceso, la misma Oliver Wyman vovlerá a realizar pruebas de esfuerzo a la banca, aunque en esta ocasión ya de forma individualizada con los datos de las auditorías. Las cifras que salgan de estos nuevos tests serán las definitivas para acudir al crédito europeo y solicitar los fondos necesarios para sanearse y cubrir riesgos, con lo que se espera se despejen todas las dudas que suscita el sector.
Los datos del Banco de España no distinguen entre los tipos de entidades de crédito que componen el sistema -bancos, cajas cooperativas y estableciientos financieros de crédito (EFC).

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