8 de agosto de 2019

HIBRIDOS

martes, 6 de agosto de 2019


HÍBRIDOS – 07/08/2019

El Gobierno de Japón ha dado luz verde para que el científico japonés Nakauchi, que dirige los equipos en la Universidad de Tokio y de Stanford en California, pueda crear embriones de animales que contengan células humanas y trasplantarlos a otros animales.

El plan es cultivar células humanas en embriones de ratón y rata, como el de la foto, y luego trasplantar esos embriones en otros animales. El objetivo final es producir animales con órganos hechos con células humanas que en un futuro puedan ser trasplantados a personas.

"No esperamos crear órganos humanos de inmediato, pero esto nos permite avanzar en nuestra investigación basada en los conocimientos adquiridos hasta este punto", asegura.
Antes del pasado mes de marzo, en Japón estaba prohibido explícitamente el crecimiento de embriones animales que contuvieran células humanas más allá de 14 días o el trasplante de dichos embriones a un útero sustituto. Sin embargo, este mes, el Ministerio de Educación y Ciencia de Japón publicó unas nuevas pautas que permiten la creación de embriones humanos y animales que pueden ser trasplantados en animales sustitutos para llevarlos a término.

Los embriones híbridos humanos animales se han creado en países como Estados Unidos, pero nunca llegaron a término. Una publicación de la revista Nature sobre el tema coincide con la del equipo de científicos españoles que han creado por primera vez quimeras de humano y mono en un laboratorio en China, según informa el diario El País.

Asegura que planea proceder despacio y que no intentará llevar a término ningún embrión híbrido de momento. Inicialmente, pretende cultivar embriones de ratón híbrido hasta los 14 días, cuando los órganos del animal están formados en su mayoría y casi a término. Hará los mismos experimentos en ratas, haciendo crecer los híbridos a corto plazo, unos 15 días. Más tarde, solicitará la aprobación del Gobierno para cultivar embriones híbridos en cerdos durante 70 días.

Algunos bioeticistas están preocupados por la posibilidad de que las células humanas puedan desviarse más allá del desarrollo del órgano que se quiere crear, viajar al cerebro del animal en desarrollo y potencialmente afectar su cognición.

Aquí se percibe bien el carácter procesivo de la Revolución, que poco a poco, gradualmente, avanza hacía sus maléficos fines amortiguando a lo largo del tiempo las reacciones contrarias.

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2019/07/31

 NACHO ALDAY

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