15 de abril de 2019

PREPARACION

domingo, 14 de abril de 2019


PREPARACIÓN – 15/04/2019

¿Cómo explicar la defección de los apóstoles en el Huerto de los Olivos? Su generosidad fue sólo suficiente para las circunstancias comunes de la vida cotidiana, con sus pequeños reveses, con sus incontestables satisfacciones. Abandonaron todo, es verdad, pero en compensación tres de ellos vieron la gloria del Señor en lo alto del Tabor, y todos participaban a los ojos del pueblo de las grandezas del Maestro. Practicaron hasta milagros. Fueron así arrancados del anonimato oscuro y pesado que parecería ser lo normal de sus vidas. La vida cotidiana discurría por tanto para ellos de manera austera pero muy soportable.

El Señor, sin embargo, no se contenta con las almas que son generosas tan sólo en la pequeña clave de la vida cotidiana. Un día u otro una tragedia se presenta a los que Él prefiere. Tragedia interior o tragedia exterior, una y otra por lo general, y en la mayoría de los casos varias tragedias que se suceden hasta la muerte. Y estos hombres flaquean.

En la vida de todos los días, no se prepararon para las grandes ocasiones, para las inmolaciones enormes, para las renuncias completas. Al final, llegada la hora de Dios, se rompió el cuadro de la existencia normal y cotidiana. El momento de la angustia, de la persecución y del dolor llegó. Y helos ahí que duermen, abandonando al Maestro.

A lo lejos, brillan las luces de la ciudad electa, que, olvidada de Vos, ahora se prepara para el reposo y para el placer. Y es en aquella Jerusalén, bienamada entre todas las ciudades de la tierra, dentro de la cual sopla ahora contra Vos un viento de incomprensión culpable y de torpe hostilidad, aquella Jerusalén que no os quiso conocer y en cuyas murallas ahora se prepara el deicidio. Os odian aquellos a quien amasteis. Se congregan para mataros precisamente aquellos a quienes quisisteis reunir a vuestro alrededor como la gallina reúne a sus polluelos. Sois, Señor el gran rechazado.

Después quedó de nuevo yermo el Huerto de los Olivos. Pero su nombre no se apagó nunca de la mente humana. Para siempre, de todos los rincones de la Tierra, hacia allí afluyeron y afluirán hombres llenos de respeto, de gratitud y de amor. Ellos consideran como honra y como gracia besar la tierra vulgar de que está hecho. Llevan para sus casas como valiosas joyas las hojas de los olivos que allí crecen.

Nunca un cristiano sufrió dolores y angustias, sin que ellas se aliviasen pensando en los grandes tormentos del Huerto. De él se puede decir “bienaventurado lo llamarán todas las generaciones”, porque en él se dio la inmensa inmolación de alma del Hijo de Dios.

EXTRACTOS DE COMENTARIOS DEL PROF. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA DE AUTORIA DE NACHO ALDAY SIN REVISION DEL AUTOR.

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