18 de julio de 2018
El Gobierno da un giro en su política exterior a favor del diálogo con Venezuela y Cuba
El Gobierno da un giro en su política exterior a
favor del diálogo con Venezuela y Cuba
Borrell da por
terminada la línea dura de los ejecutivos del PP e inicia contactos para
favorecer otra relación
EL
PAIS - Madrid 18 JUL 2018 - 17:11 BRT
El
ministro de Asuntos Exteriores Josep Borrell y Jorge Arreaza, ministro de
Asuntos Exteriores de Venezuela. HORSTWAGNER.EU EFE
El Gobierno de Pedro Sánchez ha emprendido una
nueva etapa en su relación con Venezuela y Cuba diferente de la de su antecesor. La línea dura, las
sanciones, la falta de contactos al máximo nivel y hasta las declaraciones de
los respectivos embajadores como personas non gratas han
sido relegadas en favor de un nuevo clima de “diálogo”. Así se lo ha expresado
esta semana el titular de Exteriores, Josep Borrell, a su
homólogo venezolano, Jorge Arreaza, y lo mismo hizo un alto cargo del
ministerio al vicecanciller cubano, Abelardo Moreno.
La segunda edición de la cumbre de ministros de
Exteriores de la Unión Europea y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), celebrada los pasados lunes y martes en Bruselas, sirvió de
escenario perfecto para materializar un relevante cambio de criterio en la
política internacional del Ejecutivo español. A la cita acudieron 33 Estados
que representan a unos 600 millones de personas. En los márgenes de la reunión,
en despachos privados, el ministro Borrell aprovechó para reunirse durante media
hora con Arreaza. Y por otro lado, lo mismo hizo el secretario de Estado para
Latinoamérica, Juan Pablo de la Iglesia, a petición de su homólogo cubano, en
lo que resultó el primer encuentro del nuevo Ejecutivo con una autoridad de la
isla.
La trascendencia simbólica de la charla del lunes
con Borrell la remarca la reacción posterior del propio Arreaza, que publicó en Twitter este
mensaje optimista con varias fotos del encuentro: “Sostuvimos una
cordial y productiva reunión. Ambos Gobiernos apostamos por el diálogo con
respeto mutuo y la cooperación integral”.
En enero pasado, España y Venezuela llegaron a
retirar sus respectivos embajadores por una nueva crisis política entre ambos
países. Las autoridades caribeñas aseguraron que Mariano Rajoy y su ministro de
Exteriores, Alfonso Dastis, estaban liderando en la Unión Europea una
estrategia dura de sanciones contra los dirigentes venezolanos. A finales de
mayo, Dastis aún sostenía en público y ante la UE la necesidad de un
“incremento de la presión” hacia el Gobierno de Venezuela con sanciones a más
personas, “unilaterales y restrictivas” para convencer al régimen de Nicolás
Maduro de que debía buscar “una salida auténticamente democrática” para su
país.
Con respecto a la primera reunión del Gobierno con
una autoridad cubana, Exteriores constató la voluntad de “profundizar y ampliar
la valiosa y constructiva relación bilateral que une a ambos países” tras dar
por superada la anterior posición común de bloqueo de la UE. España confía
ahora en que el nuevo Gobierno cubano “pueda afrontar de manera exitosa los
importantes retos que tiene ante sí y acometer las reformas pendientes” y se
ofrece para “ayudar y acompañar en su proceso de transformación”. Fuentes oficiales
cubanas valoraron “la buena señal” de ese “gesto” y aguardan a concretar a
partir de septiembre un viaje de Estado “al máximo nivel” a la isla, pero ya en
2019.
Borrell ya adelantó la semana pasada, en su
comparecencia ante la comisión de Exteriores del Congreso y a preguntas de
Fernando Maura, portavoz de Ciudadanos, que no creía en la virtud de las
sanciones ni en el bloqueo duro contra Venezuela. Tras la charla con Arreaza,
el ministerio emitió una nota oficial ratificando ese giro y expresando su
deseo de “mantener unas relaciones bilaterales que permitan atender las
múltiples cuestiones derivadas de los vínculos entre ambos países, sin
perjuicio de las discrepancias existentes”.
El ministro trasladó a su homólogo venezolano “la
profunda preocupación de la UE” por ese país pero también “la voluntad del
Gobierno de contribuir activamente a que se generen condiciones para una salida
democrática, pacífica y negociada a dicha situación y la intención de mantener,
con tal propósito, una interlocución fluida con el Gobierno, la oposición y los
actores internacionales relevantes”. Borrell vadeó los intentos de mediación en
Venezuela de los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González,
sin tomar partido por sus posiciones y precisando que no representan al
Gobierno actual. Esa música encantó a Arreaza y al Gobierno de Maduro, según
han constatado fuentes diplomáticas en Venezuela.
Las críticas llegaron desde Bruselas por parte de
la eurodiputada liberal de Alde (exUPyD), Beatriz Becerra, que tachó el giro de
entreguista y de una traición a la posición unificada de la UE.
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