28 de julio de 2014

En busca de “indignados” y votos del PP

En busca de “indignados” y votos del PP

Pedro Sánchez refleja en su ejecutiva el peso territorial, especialmente Andalucía

Eligió a su núcleo y defendió la paridad y la entrada de jóvenes

Primer discurso de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE. / ATLAS
No se le puede reprochar al nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, que no tenga ambición. En su puesta de largo como secretario general de esa organización política, ante su congreso y, sobre todo, ante los ciudadanos, se propuso ir al encuentro “de los indignados, de los votantes que se alejaron y eligieron otras opciones, de los que se quedan en casa hastiados de la política”. Y más lejos aún: “Al encuentro de quienes votaron al PP y están decepcionados porque se sienten engañados”.
Todos los ciudadanos a los que quiere atraer el PSOE que desde ayer lidera el político madrileño, son aquellos “que quieren cambiar las cosas”, y eso es lo que este partido quiere hacer “sin populismo ni demagogias”. Durante 50 minutos el secretario general del PSOE,desgranó líneas maestras de su proyecto, que no desarrolló, salvo pinceladas dichas de otra manera, pero totalmente en línea con las propuestas de reforma y revocación de leyes del PP defendidas por su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba. En efecto, Sánchez reconoció que su hoja no está en blanco sino que hay mucho escrito, aunque hay que desarrollar y perfeccionar; como por ejemplo, derogar los acuerdos con la Santa Sede.
Desde la Conferencia Política del mes de noviembre de 2013, hasta la Declaración de Granada de julio de ese año sobre el modelo territorial; hay amplia doctrina y literatura. Había entusiasmo en el auditorio socialista que no se vio defraudado, al menos por el ritmo y cadencia de los aplausos.
Los socialistas que dieron a Pedro Sánchez como vencedor en la carrera por la secretaría general, frente a Eduardo Madina y a José Antonio Pérez Tapias —el 49% de los militantes— se vieron ayer refrendados por los delegados que votaron en urna a la ejecutiva que él presentó. Un 86,19% de los delegados votaron a favor, y el resto en blanco; lo que se traduce en 849 síes y 136 blancos.
En esta votación no cabe el no, que solo es posible si se presenta lista alternativa, y no hubo. Con esta votación, Pedro Sánchez ha superado el resultado de la militancia que a él le dio un 49%; un 36% a Madina y un 15% a Pérez Tapias. Desde ayer el secretario de Organización, César Luena, dio por supuesto que la “unidad y la integración”, se han producido. Algunos no lo ven así. Sí hay personas en la dirección que apoyaron a Madina pero no los eligió él, sino Sánchez, y, además, de no haber podido hablar con él, no aceptó los nombres que le hizo llegar. La explicación dada por el entorno de Sánchez para defender que el secretario general no tratara directamente con Madina y con Tapias tiene la lógica política del poder. “Si Sánchez trata con Madina o con Tapias estaría reconociendo a facciones y eso no lo puede hacer un secretario general”, explicaron.
Se ha visto que no lo necesitaba, porque su ejecutiva obtuvo casi el 87% de los votos y un 87,44% el comité federal. Este órgano se formó ayer con 107 miembros, que se completarán hasta más de 200, con los elegidos por las federaciones. Nada dijo ayer Madina, el día anterior sí denunció que no ha habido integración, pero sí Pérez Tapias. Para el representante de Izquierda Socialista no ha habido la integración que quería aunque en el comité federal hay una quincena de representantes de su corriente, además de él. Madina también figura en ese órgano. Hubo conversaciones el sábado por la tarde entre miembros de Izquierda Socialista, algunos políticos que apoyaron a Madina y otros del colectivo Socialismo Democrático, cuyo representante, Alberto Sotillos, participó en la primera fase hacia la secretaría general del PSOE pero no obtuvo los avales necesarios. Hablaron sobre la posibilidad de presentar una lista alternativa al comité federal, pero quedó en nada. Madina y Pérez Tapias hubieran podido estar en la ejecutiva pero han declinado.
A las “facciones” no se las reconoce pero la forma de hacer la ejecutiva ha sido la de siempre: negociación con los barones territoriales. El peso de los territorios se apreció por el aumento constante de la lista de la ejecutiva a medida que pasaban las horas. De los 15 o 20 componentes que pensaba Sánchez se pasó a 25, y después a 30, para acabar en 38. La presencia de Carme Chacón, al frente de la secretaría Internacional, es un preludio de paz aunque sigue la incógnita de cuándo serán las primarias para elegir al candidato electoral. Ella no ha dicho nada sobre si se presentará, pero de primarias no se ha hablado en este congreso. Nadia ha tenido interés en abordarlo y menos los nueve secretarios generales que han entrado en la ejecutiva. La relevancia de Castilla-La Mancha, con su secretario general Emiliano García-Page; de Valencia, con Ximo Puig; de Madrid, con Tomás Gómez, y de Andalucía, sobre todo, han marcado la confección de la nueva dirección socialista. Guillermo Fernández-Vara, secretario general de Extremadura, no ha querido estar voluntariamente pero mostró su contento por la inclusión en la ejecutiva de dos políticas extremeñas.
El disgusto de la federación asturiana por el desplazamiento de su líder y presidente del Principado, Javier Fernández, de la Comisión Política Federal para que el cargo lo ocupe la presidenta andaluza, Susana Díaz, se solucionó a medias. Dos asturianas estarán en la ejecutiva y Javier Fernández presidirá un órgano para la Transición Industrial y Energética, lo que le da competencia para estar en la ejecutiva. “No se han cumplido las expectativas pero tengo amnesia inmediata”, dijo Fernández conciliador. De la influencia de Andalucía y de su presidenta, Susana Díaz, se hablaba en todas las federaciones. “Es que son el 30% del partido y gobiernan”, concluían como argumento de cajón.

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