13 de febrero de 2019

GARCIA MORENO



martes, 12 de febrero de 2019



GARCÍA MORENO – 13/02/2019


Una de las situaciones en que la ejemplaridad aparece de manera más excelente es la condición de Jefe de Estado. En ella estaba Gabriel García Moreno (1821-1875), presidente de la República del Ecuador. Con sangre española, y probablemente un poco de sangre indígena, es el modelo de ecuatoriano. Más aún, es el tipo del hispanoamericano del norte de América del Sur. Lo es por su físico. Pero se ve que lo es mucho más por el alma. Tiene profundidad de espíritu, firmeza y lógica de pensamiento, dominio sobre sí y una permanente disposición de todo su ser para cumplir un deber muy arduo. Todo esto brilla en él de modo especial, cuando se hace fotografiar o pintar ostentando los distintivos de Jefe de Estado.

Además, se pueden observar en él otras cualidades como mucha propensión para la fe católica, apostólica y romana, mucha afinidad con la Iglesia, elevación de alma, facilidad para lo sobrenatural, sin duda proporcionada por la gracia, pero que encuentra un punto de inserción en la naturaleza. Posee todo eso de modo espléndido.

Por otra parte, se nota algo que es lo contrario de eso, que muy fácilmente caracteriza a los pueblos con mestizaje indígena. Porque es propio de las personas con ese mestizaje tener una tendencia hacia los sueños de ojos abiertos, para la pereza y la inconstancia. Pero también es propio del católico, cuando nace con defectos así, dominarlos totalmente y ser prominente en las virtudes opuestas. Y esa es la mayor belleza de alma de García Moreno.

Murió por la fe. Es mártir. Hasta en eso dominó los defectos de su pueblo, comunes con los de otros pueblos sudamericanos. Es una cosa admirable.

Un pueblo sólo es grande cuando domina totalmente sus defectos nativos. Si no lo hace, esos defectos lo avasallan. Nuestros defectos nativos, o son llevados a latigazos o nos someten al látigo. Y García Moreno era un ejemplo en eso. Es por donde él realizó lo mejor de los designios divinos respecto al pueblo ecuatoriano.

Es el ideal de un Jefe de Estado católico fervoroso, que muere afirmando “¡Dios no muere!”

EXCERTOS DE COMENTARIOS EN "PALAVRINHAS" DEL PROF. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA SIN REVISION DEL AUTOR.

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