16 de octubre de 2013

España, más allá del catolicismo

España, más allá del catolicismo

Día 15/10/2013 - 14.31h
TEMAS RELACIONADOS

Budistas, cienciólogos, la Hermandad Druida, la Fuente de Luz Universal... Justicia tiene registradas legalmente muchas religiones llegadas con la inmigración

El panorama religioso en España ha cambiado notablemente en los últimos años. Es raro vivir en una ciudad y no haberse visto abordado alguna vez, en plena calle o en nuestra propia casa, por alguien que pretenda hacernos miembros de alguna religión hasta ahora desconocida para nosotros. El primer despertar de este pluralismo religioso llegó a España en plena dictadura, con la Ley Reguladora del Derecho al Ejercicio de la Libertad Religiosa de 1967; después aumentó con la llegada de la democracia y, finalmente, se multiplicó en la última década con el aumento de la inmigración.
Hoy, el crisol de confesiones en España va mucho más allá de los católicos, judíos o musulmanes. El Ministerio de Justicia tiene registradas legalmente decenas de congregaciones religiosas con pleno derecho, algunas tan poco corrientes como los sijes, los odinistas, la Hermandad del Druida, elTemplo de la Pureza y el Silencio, laCongregación del Olivo, la Iglesia Tenrikyo, la Iglesia Cátara o laFuente de Luz Universal, por citar solo algunas.
«La panoplia de entidades que se inscriben es muy amplia. Además de la Iglesia Católica, tenemos otras tres confesiones que han firmado acuerdos con el Estado: evangélicos, judíos y musulmanes. Después hay otras con “notorio arraigo” reconocido en España, como son los mormones, los budistas, los testigos de Jehová y la Iglesia ortodoxa. Y luego hay un montón de otras iglesias», explica la consejera técnica de la Subdirección General de la Relaciones con las Confesiones del Ministerio de Justicia, Mercedes Murillo.

Los acuerdos

Con la Iglesia católica, en España se han ido firmando concordatos desde hace siglos, acuerdos que se asimilan al derecho internacional por darse entre el Estado español y la Santa Sede. Esos acuerdos regulan el régimen jurídico de esta iglesia dentro de España y reconocen, por ejemplo, el derecho a dar clases de religión en todas las escuelas o el de tener una serie de beneficios y exenciones fiscales.
Los acuerdos que el Estado ha ido firmando con los evangélicos, judíos y musulmanes son diferentes, regulando aspectos como la definición de sus lugares de culto, los requisitos de sus matrimonios para que tengan validez a efectos legales o los impuestos de los que están exentos o en lo que tienen deducciones.
El tercer grupo, las confesiones con notorio arraigo, no tiene acuerdo alguno, pero sí la posibilidad de participar en la Comisión Asesora de la Libertad Religiosa, con el marchamo que eso conlleva socialmente.

De la ayahuasca a la brujería

En España existen también «otras confesiones» inscritas en el Registro de Entidades Religiosas. Hasta el día de hoy suman 46 y son de lo más variado. Algunas están relacionadas con la brujería, como la sociedad Wicca, que es religión neopagana nacida en Inglaterra en la primera mitad del siglo XX, pero que se popularizó en la década de los 50, tras la abolición del delito de brujería. Hoy está reconocida, además, en Portugal y Estados Unidos, dónde el texto sagrado es conocido como el «Libro de las sombras».
Otras religiones asentadas en España están asociadas al consumo de té de ayahuasca, como la sociedad religiosa del Centro Espirita Beneficiente União do Vegetal, fundada en 1961 por el Maestro Gabriel, cuyo objetivo es promover la paz y el «trabajo de la evolución humana hacia el desarrollo espiritual».
Tenemos también religiones procedentes de Japón, como la Iglesia Tenrikyo, nacida a finales del siglo XIX y convertida en uno de los movimientos más influyentes de la Segunda Guerra Mundial. Su creencia está basada en que nuestro cuerpo es un préstamo de Dios y sólo el corazón nos pertenece, con la convicción de que si lo usamos de modo correcto, éste nos llevará a una «vida plena de alegría y felicidad». «Si hemos sido creados para la felicidad –puede leerse en su página web oficial– ¿por qué nos abruman las enfermedades, las angustias, los problemas y las desgracias? Esto se debe al convencimiento de que vivimos por nuestras propias fuerzas, ignorando al Dios Oyagami».
También hay religiones que han evolucionado en sus creencias, como la Congregación del Olivo, que partió del catolicismo y acabó abrazando el credo evangélico, para escoger finalmente el judaísmo mesiánico. En 2011, su líder en España, Yehudah Lauerta, fue juzgado (y absuelto)tras una denuncia puesta por algunos de sus exmiembros por asociación ilícita, lesiones y estafa continuada.

«Nunca se dan razones dogmáticas»

Estas son solo algunas de las congregaciones y entidades religiosas legalmente admitidas por el Ministerio de Justicia desde que, en 1981, comenzó a funcionar el registro. «Nunca se dan razones dogmáticas para rechazar una solicitud de inscripción. Que sea una religión desconocida o que hablen de un dios que nadie ha escuchado jamás no es motivo suficiente», asegura Murillo, que es también una de las responsables del Registro de Entidades Religiosas.
Según explica la consejera técnica, la valoración que se lleva a cabo en los nuevas solicitudes se basa, principalmente, en los límites que la propia ley establece. La mayoría de las denegaciones se deben a requisitos puramente burocráticos. Tienen que presentar el acta de constitución de la iglesia, congregación o comunidad si es una religión original de España y, si es de fuera, el acta de establecimiento de la sede aquí. Y, junto a ello, los estatutos, un domicilio social, unos fines de naturaleza religiosa o la definición de sus órganos de representación, entre otras cosas.
«No tener fines religiosos es la razón de denegación más habitual, porque los otros motivos son subsanables. Por ejemplo, tener objetivos de otra naturaleza, como económicos, culturales, educativos, parapsicológicos, espiritualistas o de puro divertimento. Pero las denegaciones son escasísimas», explica Murillo, que habla de confesiones sin sentido como la Iglesia del Monstruo del Espagueti Volador o «pastafarismo», la Iglesia de Chuck Norris u otras que dicen estar hermanadas con la Iglesia de Maradona. «A lo mejor algún día Chuck Norris termina siendo un… no sé. Pero de momento no», afirma.

La inmigración

El número de estas congregaciones no católicas se ha multiplicado en los últimos años, en buena medida gracias al crecimiento de la inmigración. También ha habido un aumento de su visibilidad, ya que muchas funcionaban igualmente sin estar registradas, a causa de que su inscripción es un derecho, no un deber. Pero cuando toman conciencia de que al adquirir personalidad jurídica pueden pedir subvenciones u optar a un local para celebrar sus ceremonias, muchas tratan de registrarse.
En este laberinto religioso, no es fácil señalar la frontera existente entre Iglesia y secta, porque «todas las religiones comienzan siendo prácticamente sectas», declara la responsable del Registro de Entidades Religiosas. «Lo que el Tribunal Constitucional interpretó en 2001, al hilo de la inscripción de la Iglesia de la Unificación, es que la cláusula de orden público, que es la que operaría para no inscribir a este tipo de entidades, hay que interpretarla de forma restrictiva porque estamos ante un derecho fundamental, y en cualquier caso a posteriori», explica Murillo.
Cuando la Iglesia de la Unificación –famosa por sus bodas masivas y por poseer un gran imperio empresarial que le proporciona grandes sumas de dinero con las que financiar su cruzada anticomunista, y cuyos seguidores creían que su fallecido líder, Sun Myung Moon, era el sucesor de Jesucristo que iba a salvar a la humanidad– trató de registrarse en España, se estableció una cláusula de tipo preventivo ante la posibilidad de que pudiera ocasionar problemas. Esto era algo que ya había ocurrido en otros países, pero en España lo cierto es que no pasó nada. El TC tuvo que subrayar que la cláusula hay que aplicarla cuando se produjera algún delito o alguna restricción de un derecho fundamental, como prohibir a sus miembros que hablen con libertad, pero nunca antes.
Incluso con los males que ha acarreado la aparición de algunas sectas en España desde la llegada de la democracia, Murillo tiene claro que el gran logro de la Ley de Libertad Religiosa de 1980 ha sido «el reconocimiento de un derecho fundamental que aquí ha llegado muy tarde». De hecho, en el artículo 12 de la Constitución de Cádiz de 1812, cuyo bicentenario celebramos el año pasado, ensalzando el impulso democrático que supuso, se puede leer: «La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra».

Cienciología, insistiendo desde los años 80

No hay comentarios: