24 de mayo de 2012

Aumenta un 20% la gente que quiere participar en el voluntariado


Aumenta un 20% la gente que quiere participar en el voluntariado

Los jubilados y los parados ponen la cara humana a la solidaridad en tiempos de crisis

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Una mujer indigente habla con varios voluntarios de una iglesia evangélica en la calle Arenal de Madrid. / CRISTÓBAL MANUEL
El número de personas que se interesan por hacer tareas de voluntariado ha aumentado un 20% en lo que va de año respecto al mismo periodo del año anterior. La gente que quiere colaborar de forma desinteresada con otros son, sobre todo, mayores de 65 años y personas en paro; los jubilados ya hace tiempo que constituye una población creciente en el ámbito del altruismo, pero ahora también se están sumando a esta tendencia los parados. A muchos profesionales que están desempleados les sirve de experiencia para su currículo laboral haber participado en programas de apoyo solidario, por tanto, lo que les sirve a los demás también les es útil a ellos. "En tiempos de crisis, en contra de lo que pudiera parecer, la gente se vuelve más solidaria con el dolor ajeno. España siempre sale peor comparada con el resto de Europa por el número de voluntarios, pero es que aquí las redes de solidaridad que funcionan son otras, la familia, las amistades, pero ahora se está viendo que cuando la necesidad crece, la gente responde también ayudando a desconocidos", explica la directora gerente de la Plataforma del Voluntariado de España, Mar Amate.
La Plataforma, que es quien ha proporcionado estos datos, tiene un servicio de asesoramiento para canalizar todas las peticiones de colaboración de la gente y orientar a cada quien hacia un ámbito u otro en función de distintos criterios. Es en este servicio donde se ha percibido con claridad en estos meses de 2012 un incremento de interesados en ayudar sin afán lucrativo.
Para las ONG contar con voluntarios en estos momentos es de gran ayuda porque las necesidades que han de cubrir también se han incrementado exponencialmente con la crisis. Para prestar solidariamente horas de trabajo o dedicación a alguna tarea se requiere tiempo, algo de lo que disponen algunos millones de españoles en estos momentos, puestos que están desempleados. Pero las ONG han detectado que cuando se toma la decisión de ayudar sin que haya una verdadera convicción de compromiso el tiempo de colaboración suele ser corto. "Siempre que hemos hecho encuestas la gente decía que el tiempo era determinante y ahora se demuestra, con los jubilados, por una parte, pero también con los parados, tienen tiempo y ayudan. Y desde luego está el aliciente de ver lo que ocurre a nuestro alrededor, la situación es grave y eso llama a las conciencias y anima a colaborar", dice Amate. "Si cuando pase la crisis, esto va a remitir no podemos predecirlo", añade.

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