21 de mayo de 2019

INTELECTUALES

lunes, 20 de mayo de 2019


INTELECTUALES – 21/05/2019

Para nosotros, católicos, la verdad no es sólo una cuestión epistemológica o metafísica, es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo de Dios que se encarnó para salvarnos.

Las universidades medievales tenían intelectuales como Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura. La vida intelectual está íntimamente ligada a la espiritual y de ella depende. La primera cuestión es que no debe haber distinción entre la vida espiritual y la vida intelectual. Por otro lado, no podemos perder de vista que somos exiliados en este mundo y que la vida presente es fugaz y precaria. Por eso no hay, ni debemos desear, situaciones definitivas en esta Tierra. Debemos vivir de fe y la fe necesariamente es oscura, pues tiene por objeto lo que es invisible e inaccesible a la razón natural. San Pedro caminando sobre el mar tempestuoso es la imagen de la vida cristiana. Es bien sabido que este camino es difícil. Es el camino estrecho de la salvación que Nuestro Señor señaló. No hay otro.

El destino de la humanidad, está visceralmente comprometido con el curso que toman las cuestiones filosóficas. El propio filósofo debe ser el primer problema filosófico en juego, porque es a través de su ser de carne y hueso que el filósofo tiene los pies en la realidad. Así, el filósofo no sólo debe poseer una inteligencia aguda y desarrollada sino es indispensable que tenga una personalidad rica, pujante, vigorosa, en la que toda la realidad pueda repercutir ampliamente. Para alcanzar esta dimensión y profundidad de personalidad, parece útil que, además de los estudios propiamente filosóficos, cultive el espíritu en el contacto con las grandes obras, en que se expresan ciertas características fundamentales del alma humana y cuya familiarización produce una ampliación insuperable de la visión de todos los problemas. No es sólo la lectura de grandes obras literarias que conduce al objetivo, sino también la contemplación de la gran pintura y la audición de la música de los grandes maestros, como Bach o Haendel. En todo esto, sin embargo, cada cual debe seguir la propia inclinación y se pretende más sugerir que influir.

Y una observación de gran relevancia: la meditación y la reflexión valen más que la lectura. El verdadero filósofo sólo puede alimentar su pensamiento y su personalidad con una vida espiritual auténtica.

EXTRACTOS DE COMENTARIOS DEL PROF. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA AUTORIA DE NACHO ALDAY SIN REVISION DEL AUTOR                                                                     

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